La agonia chavista; Por Omar González Moreno / @omargonzalez6
Mar de Fondo
El chavismo, ese monstruo de mentiras que devoró a Venezuela, jadea sus últimos suspiros.
Ante el despliegue del pueblo organizado, bajo el liderazgo de María Corina Machado, y la presencia de EEUU y la coalición internacional en el Caribe —con buques, aviones, destructores y submarinos— el régimen de Maduro ha cambiado de rumbo, en un acto de pánico.
Las promesas de una economía revolucionaria y las fantasías del PSUV, como alianzas con Rusia, China o Brasil, quedaron en cenizas.
Hoy, sus líderes susurran sobre las amenazas imperiales, mientras el Cártel de los Soles, designado narcoterrorista, se ahoga en su propio veneno, tras la estrategia norteamericana de cortar su fuente de sostén.
Diosdado Cabello admite prepararse para lo peor, convocando ficticias milicias; Maduro declara “guerra revolucionaria” y alerta de misiles dirigidos a su palacio, mientras prohíbe WhatsApp y drones civiles.
La dictadura pasa del negacionismo al terror, con alistamientos obligatorios y amenazas diplomáticas.
El despliegue naval, que busca erradicar el narcotráfico y desmantelar grupos criminales, no es invasión, sino el fin de la impunidad.
Venezuela sangra, pero emerge la certeza de un inminente cambio genuino y la resistencia de quienes claman justicia.
El chavismo se desmorona por su propia codicia.
Sus líderes, antes leones, ahora huyen como ratas.
Maduro tiembla porque el Caribe ya no es su patio, sino su sepulcro.
Venezuela renacerá de las cenizas, libre al fin de la pesadilla roja.
El fin está cerca, y será glorioso.