¡A Maduro le salió el tiro por la culata!; Por Omar González Moreno / @omargonzalez6
Mar de Fondo
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, soltó ayer una bomba verbal que hizo temblar a quienes ocupan ilegalmente el Palacio de Miraflores.
Una frase que Nicolás Maduro recordará siempre con amargura, porque casi constituye una sentencia de que su tiempo en el poder ya ha llegado a su fin.
Un periodista le preguntó al presidente estadounidense: "¿Están considerando atacar al cártel de los Soles dentro de Venezuela?".
La respuesta fue un potente misil lingüístico: "Bueno, ya lo descubrirás".
Maduro, el cabecilla del Cártel de los Soles, que ha tejido oscuras alianzas con otros señores de la droga para mantener su régimen tambaleante, vio y escuchó su propia y mortal sentencia.
Esos cárteles, responsables de convertir a Venezuela en un narcoestado sangriento, en un laberinto de corrupción donde el petróleo se mezcla con cocaína y la esperanza de un pueblo se ahoga en ríos de miseria, ahora atraen la mirada letal de un presidente norteamericano que no se anda con rodeos.
Trump no amenaza en vano; su "ya lo descubrirás" es el eco de drones invisibles, satélites y misiles de operaciones quirúrgicas que buscan desmantelar el imperio de maldad que sostiene al chavismo.
El pánico se desató como un río desbordado en un conuco.
Los generales, ministros, gobernadores y cómplices corruptos quedaron sudando bajo sus uniformes y prendas de firmas reconocidas.
Mientras tanto, el pueblo oprimido, conteniendo el aliento entre el hambre y la represión, seguía organizándose con atención para darle la estocada final al régimen que ha destruido y saqueado el país a su antojo.
Maduro apostó por el caos, creyendo que su refugio serían los narcos que huyen de México y Colombia, pensando que la impunidad sería su escudo.
Pero el tiro le salió por la culata. El despliegue reciente de diez cazas F-35, guardianes relucientes del Caribe, no es un simple despliegue militar; es el preludio de una guerra asimétrica contra el veneno que fluye desde las costas venezolanas.
Washington, cansado de ver cómo el régimen inunda sus calles con muerte blanca, responde con la fuerza de un águila enfurecida.
¡Qué catarsis para los millones de venezolanos exiliados, para las madres que lloran a sus hijos caídos en las fauces del narcochavismo!
Trump, con su estilo impredecible, ha encendido la mecha de la justicia.
Maduro, tu castillo de naipes tiembla; la "descubierta" que prometió el mandatario estadounidense podría ser el amanecer de tu fin.
En este tablero geopolítico, donde la tensión crece como una tormenta tropical, Venezuela clama por libertad.
Y si los misiles hablan, que sea para silenciar a los verdugos.
Ya lo descubrirás, narcoterrorista: el pueblo y el mundo lo verán todo, y muy pronto.