Maduro es una amenaza; Por Omar González Moreno / @omargonzalez6

Mar de Fondo

El narcotráfico ya no es solo un negocio ilícito; se ha transformado en un monstruo de mil cabezas, tal como es conocido el narcoterrorismo.

En el corazón de esta pesadilla se encuentra el Cártel de los Soles, una red criminal liderada por Nicolás Maduro y su régimen en Venezuela.

Esta organización no solo trafica drogas, sino que siembra el caos, la violencia y la desestabilización en America y Europa, con tentáculos en otros continentes.

Su poder corruptor ha penetrado instituciones, alimentado conflictos y destruido vidas, convirtiéndose en una amenaza que trasciende fronteras y exige una respuesta contundente.

El Cártel de los Soles no opera solo.

Su red de delitos asociados -extorsión, lavado de dinero, tráfico de armas y trata de personas— ha tejido una telaraña de crimen organizado que asfixia a sociedades enteras.

Países como Estados Unidos, Canadá, Ecuador, Paraguay, Trinidad y Guyana sufren las consecuencias directas de su influencia, mientras las rutas del narcotráfico envenenan comunidades y financian el terror.

Este no es un problema aislado; es una crisis hemisférica que pone en jaque la seguridad, la democracia y el futuro de millones de personas.

Frente a esta amenaza, una coalición internacional liderada por Estados Unidos, y respaldada por naciones como Francia, Alemania, Países Bajos, Gran Bretaña, Trinidad y Tobago y otros, ha decidido actuar.

Esta alianza no solo busca desmantelar las redes logísticas y financieras de un cártel tan peligroso como éste, sino también enviar un mensaje claro, que el narcoterrorismo no tiene cabida en un mundo que aspira a la justicia y la libertad.

Operaciones conjuntas, inteligencia compartida y sanciones económicas son pasos cruciales, pero la lucha requiere más: voluntad política, cooperación regional y el compromiso de no ceder ante la intimidación de capos como Maduroby sus secuaces.

Además, cada cargamento de droga que cruza una frontera, cada comunidad destruida por la adicción, cada vida perdida en la violencia, la represión y los asesinatos es un recordatorio de lo que sufre un país, como Venezuela, bajo la dictadura de un poder usurpado por Maduro y sus cómplices.

No podemos permitir, entonces, que el Cártel de los Soles y sus aliados sigan operando con impunidad.

La alianza internacional es un faro de esperanza, pero también un llamado urgente a la acción contra todos los carteles, pero especialmente contra el Cártel de los Soles, jefaturado por Maduro.

Hoy, más que nunca, debemos unirnos para cortar de raíz esta plaga que amenaza nuestro presente y el porvenir de generaciones enteras en Venezuela y otras naciones.

El narcoterrorismo no es solo un delito; es una guerra contra la humanidad.

Y en esta guerra, no hay espacio para la indiferencia.

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