La Travesía Épica de María Corina Machado: Un Faro de Esperanza para la Libertad; por Pedro Galvis / @pgalvisve
En diciembre de 2025, el mundo contempló una de las historias más inspiradoras de coraje y perseverancia en la lucha por la democracia. María Corina Machado, nuestra líder democrática de Venezuela y ganadora del Premio Nobel de la Paz 2025, emprendió una odisea llena de riesgos para llegar a Oslo, Noruega, y reclamar el galardón que reconoce su incansable batalla por los derechos democráticos del pueblo venezolano.
Después de más de un año en la clandestinidad, enfrentando amenazas constantes del régimen autoritario, María Corina decidió desafiar una prohibición de salida del país. Disfrazada, evadió decenas de controles militares, navegó en una precaria lancha pesquera por mares agitados —incluso perdiendo un GPS en el oleaje— y, con apoyo logístico discreto, llegó a la isla de Curazao. Desde allí, un avión privado la llevó a Oslo. Aunque no alcanzó la ceremonia oficial del 10 de diciembre —donde su hija Ana Corina Sosa Machado recibió el premio en su nombre—, su llegada posterior al Grand Hotel, saludando desde el balcón a cientos de venezolanos reunidos, se convirtió en un momento histórico de júbilo y unidad.
Este Premio Nobel no es solo un reconocimiento personal; es un tributo al pueblo venezolano y a su marcha inquebrantable hacia la libertad. Como expresó Machado en su discurso, leído por su hija: "Esta es la historia de un pueblo y su larga marcha hacia la libertad". El Comité Noruego del Nobel la honró por unir a una oposición dividida, resistir la militarización y promover una transición pacífica a la democracia.
Lo que quedará grabado en la historia política mundial es la profunda influencia positiva de este galardón. Líderes democráticos en todo el hemisferio americano han experimentado un renovado vigor: la izquierda autoritaria retrocede, mientras la libertad avanza con paso firme. El Nobel a Machado ha inyectado una dosis contagiosa de optimismo ciudadano, fortaleciendo la presión internacional y debilitando las estructuras de poder opresoras. Es un recordatorio de que la resistencia pacífica, sostenida por la fe y la templanza, puede derribar incluso las murallas más imponentes.
La travesía de María Corina nos enseña lecciones eternas: la confianza en los principios democráticos no flaquea ante la adversidad; la fe en un futuro mejor sostiene el espíritu en los momentos más oscuros; y la templanza —esa calma serena en medio de la tormenta— es el arma más poderosa para perseverar. Cada obstáculo superado en su camino a Oslo es un llamado a no rendirnos. Porque, como ella misma ha dicho, "la transición es irreversible" y Venezuela pronto será libre.
Mantengamos viva esa llama. Sigamos trabajando con determinación, unidos en la convicción de que la libertad no se regala: se conquista con esfuerzo diario, con fe inquebrantable y con la templanza de quien sabe que la victoria llega a los persistentes. María Corina Machado no solo llegó a Oslo; nos mostró el camino hacia nuestra propia liberación. ¡Adelante, con optimismo y coraje! La historia ya está escrita: la libertad vencerá.