Qué envidia me produce España y los políticos españoles; por: Federico Izquierdo
Merienda de Mulatos
Qué envidia me produce España y los políticos españoles
Federico Izquierdo
Por cortesía, ignoro de quién, estoy suscrito a “La Vanguardia” un diario digital de Barcelona (España) que ofrece varias veces al día una ristra inmejorable de boletines con información de toda índole poniendo mucho énfasis en la política que allá en La Madre Patria parece un candelero inagotable. Pero cuya fricción produce buenos resultados porque desenmascara corruptos, trapisondas, componendas y deslices variopintos, lo cual, para una democracia es oxigenante porque tales ingredientes no se manejan entre complicidades ni a la sombra del chismorreo, sino en debates parlamentarios abiertos, a la luz pública y constructivos.
Rajoy debió despedirse de La Moncloa porque copartidarios suyos manejaron finanzas del PP a su libre albedrío y hoy están tras las rejas perjudicando en el camino al jefe de gobierno que fue sacado con un voto de censura. Hay decenas de políticos presos por diversos hechos distanciados de la moral pública. El esposo de una hija del Rey Emérito Juan Carlos de Borbón está enjaulado por manipular fondos de una institución benéfica. Diputados y diputadas duermen en la cárcel por orden de un tribunal que investiga un acto de sedición y secesión. Empresarios “intocables” han sido encanados cual pillos de siete suelas por burlar la confianza del país.
En fecha reciente, Pablo Casado, un joven que no arriba a los 40, asumió la jefatura del PP con enormes posibilidades de sustituir a Pedro Sánchez, aun antes de la fecha prevista para la jornada electoral. Pedro Sánchez, Presidente del gobierno, es otro chamo similar al 90 % de su gabinete integrado por damas y caballeros en igual proporción. La jefa del gobierno de Madrid debió separarse del cargo, pese a estar al lado de Rajoy en su momento, por presentar un doctorado que aparentemente no cursó. Los dos policías de más alto rango en España están privados de libertad por habérseles descubierto en una trama de cohechos que aquí son cacahuetes.
El lector se preguntará qué es lo que envidiamos. Que ello suceda y el Estado disponga de canales de sencillo acceso para imputar a todo criminal por jerarca que se crea. Nadie escapa a la Vindicta Pública. Incluso hay un debate por desalojar a Francisco Franco del cementerio en que reposa su osamenta porque carece de méritos para compartir ese lecho mortuorio con gente decente. Eso quisiéramos que sucediera en Venezuela y por eso confieso mi envidia por la política española.