Calle + Voto x Venezuela = Triunfo; por: María Alejandra Malaver / @malemalaver
Así, en pura aritmética. Sencillo, sin mayores complicaciones.
Si sumamos la calle, es decir, a un pueblo organizado y movilizado, iniciaremos la fórmula del cambio para el país.
Una sociedad presionando una salida pacífica y popular en actos de resistencia y rebeldía democrática, aunado a acciones concretas en el orden político, de esta manera alcanzaremos los objetivos de una mejor Venezuela.
La calle, con su carga de impacto político. La calle como estrategia de afianzamiento social, las movilizaciones como el símbolo del despertar de un pueblo que no aguanta más atropellos, junto con avances tácticos como las elecciones, conforman la simbiosis perfecta para alcanzar un desenlace a la tragedia que padecemos.
Si a la calle, con contenido y visión estratégica, la agregamos el ejercicio cívico del voto, así crearemos la unión perfecta, ecuación de la libertad.
El voto debe ser comprendido como una acción de desobediencia, y como parte de la resistencia misma.
Votamos contra la dictadura, en la misma forma de pateamos calles y ondeamos banderas; así como existen libertadores con escudos de cartón, de esa misma forma debemos ser, todos los que anhelamos un futuro mejor, escuderos de votos, guardianes del sufragio.
Si sumamos la calle más los votos y lo multiplicamos por toda Venezuela, entonces estaremos transitando el camino final hasta el triunfo definitivo.
La calle no excluye el voto, y el voto no elimina la calle. Ambas son aristas de una misma planificación política, las dos vías colocan contra la pared a la tiranía y la obliga a responder con desespero y desequilibrio.
Cuando salimos masivamente a las calles, el régimen tiene que acudir a la represión, hundiéndose aún más en su maraña de delitos y abusos, que pagarán más temprano que tarde; y si votamos, al régimen solo le quedará hacer fraude, con lo cual termina de caerse el vestigio de careta democrática que le queda, o reconocer los resultados para más tarde usurpar funciones y terminar en el mismo punto que el escenario anterior.
Los demócratastenemos que combinar las dos visiones de lucha; tanto los que quieren calle para vencer a la represión, como aquellos que quieren poner electoralmente contra las cuerdas al régimen.
Maduro sabe, y todos sus secuaces, que si todos los demócratas votamos ellos perderán así como sufrieron la paliza en las elecciones parlamentarias del 2015.
Sigamos la senda de la Unidad. Unamos la calle con las elecciones, derrotemos a Maduro en todos los escenarios, derrotemos a la dictadura y avancemos.
La única opción que no podemos tomar, es la de no hacer nada. ¿Quedarnos de brazos cruzados frente al desgobierno? No, esto jamás.
Sumemos esfuerzos, construyamos la Venezuela de todos los derechos para todas las personas.