Petro desafía a EE.UU. y propone un ejército global en la ONU
Petro acusa a Trump de complicidad en genocidio y fracasa en guerra antidrogas; propone un "ejército de salvación" en la ONU para Palestina y critica el cambio climático y la desigualdad global
Redacción co. asistencia IA
New York.- El 23 de septiembre de 2025, durante la 80ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, pronunció su último discurso en este foro antes de finalizar su mandato en agosto de 2026. La intervención, que se extendió por cerca de 41 minutos (superando el límite habitual de 15), fue un llamado vehemente a la acción global contra lo que Petro describió como genocidios, irracionalismo y fallos en políticas internacionales. Vestido con una guayabera y un pin de la “guerra a muerte” de Simón Bolívar, Petro inició citando un párrafo de su hija Antonella, advirtiendo que “el proyecto democrático de la humanidad está muriendo con la vida, mientras los racistas y supremacistas se preparan para dominar el mundo con bombas”. El tono fue confrontacional, especialmente hacia Estados Unidos y su presidente Donald Trump, lo que provocó la salida de la delegación estadounidense del recinto en señal de protesta.
Críticas a la “tiranía” de Estados Unidos y la guerra contra las drogas
Petro arremetió contra la política exterior de Trump, acusándolo de ser “cómplice del genocidio en Gaza” y de influenciarse por “la derecha colombiana con lazos mafiosos”. Denunció ataques con misiles en el Caribe contra embarcaciones de migrantes, que habrían dejado 17 muertos, calificándolos de “ataques a jóvenes desarmados” y exigiendo abrir procesos penales contra funcionarios estadounidenses, incluido el propio Trump. Sobre la guerra antidrogas, Petro la tildó de fracaso rotundo: “2023 y 2024 fueron los años en que se incautó más cocaína y se extraditó a más de 700 narcotraficantes a EE.UU. y Europa, sin disparar un solo misil ni matar a ningún joven”. Acusó a Washington de llenarse de “irracionalismo” al negar la ciencia, comparándolo con el nazismo en Alemania, y criticó la influencia de “políticos paramilitares” colombianos en la agenda de Trump.
Genocidio en Gaza y propuesta de un “ejército de salvación”
Uno de los ejes centrales fue el conflicto en Palestina, al que Petro llamó “genocidio” repetidamente: “Hay que gritarlo una y otra vez; este recinto es testigo mudo y cómplice”. Propuso la creación de un “ejército poderoso de salvación del mundo”, votado por la Asamblea General (sin veto del Consejo de Seguridad), para “liberar a Palestina” y defender la vida palestina. Invitó a las naciones y pueblos a “unir ejércitos y armas” contra el genocidio perpetrado por Israel y sus aliados en EE.UU. y Europa, exigiendo que líderes como Netanyahu y sus cómplices no queden impunes. Colombia, recordó, rompió relaciones con Israel hace 16 meses y apoya el caso en la Corte Internacional de Justicia.
Cambio climático y desigualdad global
Petro reiteró su crítica al 1% más rico de la humanidad, responsable de la crisis climática pero opuesto a abandonar el petróleo y el carbón por ser su fuente de riqueza. Alertó que el “adicto al poder irracional” está destruyendo la democracia y el planeta, y llamó a priorizar la lucha contra el cambio climático sobre conflictos armados. Denunció políticas antimigratorias de Trump como creadoras de “campos de concentración”, vinculándolas a la pobreza y el caos generado por el modelo extractivista.
Reacciones y cierre
El discurso, aplaudido por la delegación colombiana liderada por la vicepresidenta Francia Márquez, generó controversia: elogios de aliados progresistas por su franqueza, pero rechazo de conservadores y EE.UU., que lo vio como un quiebre en relaciones bilaterales. Petro cerró enfatizando la urgencia de actuar: “La humanidad no puede permitir otro día de genocidio”. En resumen, el mensaje fue un grito de guerra contra la impunidad, el supremacismo y la inacción global, promoviendo una alianza del Sur Global para defender la vida y la democracia.