Los dirigentes políticos Antonio Ricóveri, secretario ejecutivo de la MUD Anzoátegui y Richard Casanova de PJ, interpretan cada uno a su manera, lo ocurrido en el país de Evo Morales y coinciden al señalar que el triunfo fue de la sensatez

Niurka Franco

Si algo ha quedado evidenciado con el triunfo del NO a la modificación de la Constitución de Bolivia, lo cual habría permitido al presidente Evo Morales aspirar a un cuarto mandato de cinco años en las elecciones de 2019, ha sido el talante democrático y la conciencia política del pueblo boliviano.

De esta manera lo expresaron dirigentes políticos de Anzoátegui, quienes vieron con buenos ojos el resultado de la consulta,

Richard Casanova, saludó como positivo el hecho de que la población boliviana se pronunciara a favor de la alternabilidad y rechazara la eternización de Morales en el poder,

Contrario a lo que plantean algunos líderes de oposición, Casanova afirma que lo sucedido Bolivia indica el desplome del modelo socialista, sino del modelo populista.

Explica que en el plano económico el programa aplicado por Evo Morales en Bolivia dista del que rige en Venezuela, donde son evidentes los rasgos militaristas, la corrupción desbordada y el secuestro de los poderes públicos.

Tanto en el caso de Evo Morales en Bolivia, como en Ecuador con Rafael Correa, ha habido según Casanova, respeto por la propiedad privada y la independencia de poderes, razón por la cual las economías de esos países se diferencian ampliamente de la venezolana.

Observa que en el caso de Bolivia, la gente no rechaza el modelo, pero sí el continuismo y la idolatría. “Evo Morales es socialista, pero no comunista”, dijo tras subrayar que el mandatario se plegó al proyecto chavista porque le permitía obtener grandes beneficios.

Fin del eje del mal

Para Antonio Ricóveri, secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática en Anzoátegui, lo que viene ocurriendo en la región con los aliados del gobierno venezolano, primero con el kirchnerismo en Argentina y ahora con Evo Morales en Bolivia, tiene una sola lectura: el fin del “eje del mal”.

Refiere que no se trata de un asunto contra hombres, contra intenciones o equipos, sino del agotamiento de un modelo que no duda en calificar como desgastado, anacrónico e inviable en pleno siglo XXI, cuando las reglas del mercado, la oferta y la demanda, marcan la pauta.

Fustigó el hecho de que Evo Morales pretendiera ser reelecto para un cuarto período de 5 años en el 2019, lo cual concibe como una desfachatez. Estima que el triunfo fue de la sensatez.