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Venezolanos están comiendo una vez al día

Venezolanos están comiendo una vez al día

​Ya es costumbre que grupos familiares se pongan de acuerdo para decidir cuál de las tres comidas hacer, mientras el agua se convierte en el aliado más económico para distraer el hambre

Niurka Franco

Para Carmen Ereipa, hablar del costo de la canasta básica es algo muy complicado, ella solo entiende que desde hace algunos años, la alimentación de su grupo familiar se ha ido reduciendo al punto que hoy sólo hacen una comida al día y por lo general es a partir de las 2 de la tarde.

“Mis hijas, mis nietos y yo, pasamos el día comiendo alguna que otra cosita, ya sea de las matas que tenemos en la casa, como mangos o naranjas y engañamos al estómago con aguas aromáticas, poniéndole hojas de santamaría, tomillo o conchas de piña”, comenta para añadir que solamente una de sus hijas está trabajando.

Desde que la canasta alimentaria remontó los 460 mil bolívares según datos del Centro de Documentación y Análisis del Ministerio de Educación (CENDAS), muchas más familias están en situación de pobreza extrema y la ingesta de alimentos se reduce a una o en el mejor de los casos, dos comidas diarias.

Sólo en el caso de rubros como hortalizas, tubérculos y granos, se observa un alza de precios casi a diario. “Acabo de comprar un kilo de auyama en 400 bolívares y resulta que no me alcanzó para la preparación que iba a hacer y vuelvo al automercado a comprar lo que me faltó y ya está costando 1000 bolívares, es decir, que el precio del producto cambió en solo horas”, manifestó el ama de casa Gladys Martínez, quien reside en la avenida Cumanagoto de Barcelona.

Al cierre de 2016, según economistas, la inflación se ubicará en 500%, sin embargo, en el día a día, las amas de casa aseguran que el costo de la vida es tan alto que ningún sueldo por muy elevado que sea, permite hacer un mercado completo. " Si se tienen 20 se gastan en comida, pero si disponemos de 100 mil también se consumen en pura comida, los venezolanos no podemos hacer otra cosa, en eso estamos".

Se estima que la diferencia entre los precios de los productos regulados y los que se venden libremente en el mercado, ya sea formal o “bachaqueado” equivale a 2 mil 681%, es lo que se denomina en la jerga económica como inflación subyacente.

Goyita Salazar dice trabajar como domestica y afirma que en su casa han aprendido a comer adaptados a la precariedad. Así asegura que dos veces por semana comen sardinas y tubérculos, así como granos y hortalizas.
“La carne la vemos de vez en cuando y lo más caro que compramos son los granos que ahora son un lujo. Un paquete de lentejas de menos de medio kilo cuesta 3700 bolívares y uno de frijoles cuesta 3000, pero preparándolos con verduritas podemos comer los cinco que vivimos en la casa hasta dos días", comenta para luego confesar que desde hace meses un cambur sirve de desayuno. "A golpe de tres almorzamos y de ahí en adelante es beber y beber agua".

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