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Gloria Álvarez pasó por Venezuela, el sostén populista con posible final violento

Gloria Álvarez pasó por Venezuela, el sostén populista con posible final violento

Foto: SP

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La politóloga guatemalteca observa que en Venezuela, como en otros países populistas, la multiplicación de la pobreza evita la rebelión contra el sistema

Salvador Passalacqua
@spassalacqua

Al salir del aeropuerto, una Gloria Álvarez ataviada de rojo comienza a ser observada de cerca desde una camioneta sin placas. Su padre la despidió en Guatemala con orgullo y miedo por arriesgarse a vivir en carne el régimen que acusa en su antipopulismo viral. Hay de qué preocuparse. Los anfitriones en la segunda ciudad más peligrosa del planeta lo explican como la rutinaria vigilancia a disidentes que ocupa al Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin). La están siguiendo.

Los ojos de Hugo Chávez aparecen ineluctables en la vía pública. Un recorrido veloz permite a la politóloga asentir sobre la manifestación del populismo en los espacios de Caracas: hay vestigios de culto a la personalidad y vida infrahumana en edificios invadidos. En Caracas halla también la decadencia de Buenos Aires, la hermandad con la recesión económica argentina. Pero nada de esto hace a Venezuela el país más populista de Latinoamérica.

"No hay un país más populista que otro: todos siguen los dictados del Foro de Sao Paolo", deplora en un breve encuentro con la prensa, antes de presentar la conferencia República versus Populismo: Hacia la regeneración de la democracia en América Latina, organizada por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice). Venezuela sigue literalmente su Manual del populismo, apunta, pues hay división social con odio, una Asamblea Nacional con "escribanos del presidente", cooptación del Poder Judicial, Constitución reformada para eternizarse, ataques a la propiedad privada y a la libertad de expresión.

Álvarez concibe al gobierno venezolano como un sostén de los sistemas populistas en la región, al observar que "de Venezuela han salido recursos para apoyar la agenda en otros países". Sistemas en los que "la multiplicación de la pobreza material e intelectual evita la rebelión" y "no queda espacio para vivir como un ser humano en dignidad". En populismo (o socialismo, como reza la propaganda), los individuos viven entrampados en adquirir escasos alimentos y productos básicos, sin tiempo para lectura, estudio, solaz ni reclamo.

La misma cura para el mismo cáncer

Foto: SP

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La voz contestataria de la emisora Libertópolis advierte que un brote de violencia puede suponer el desplome del populismo en Venezuela. Con el fin de la bonanza petrolera, las promesas rotas harían emerger un malestar corrosivo para el régimen inaugurado por Chávez y continuado por Nicolás Maduro. “En otros países se imaginan que solo el venezolano sufre e ignoran que a todos nos someten con la misma agenda. Si sufrimos el mismo cáncer, necesitamos la misma cura”, manifiesta.

Y la panacea viene a ser el “empoderamiento individual a través de la tecnología”. Lo reafirma tanto como puede: “El internet va a llegar de manera absoluta a todo el mundo y permeará en las sociedades latinoamericanas”. De hecho, Álvarez dedica los últimos minutos de su conferencia a recordar palabras de Jason Silva, el presentador venezolano de National Geographic: “La gente se quedaría loca con la velocidad en que Venezuela se puede recuperar gracias a las tecnologías exponenciales”.

En los nuevos escenarios debe ocurrir el debate de ideas que debilite al populismo, por individuos con una definición ideológica basada en la lectura crítica, la reflexión y el cuestionamiento de las cosas, expone. “Es legítimo que los jóvenes salgan a la calle. El problema es que lo hacen para exigir soluciones al gobierno. Hay dispersión y normalmente no se tienen soluciones propias. Tienen que leer y cuestionarse". Llama a oposiciones como la venezolana a “encontrar la República como objetivo”, en lugar de sumergirse en otros mares de populismo.

El “gen antipopulista” de Gloria Álvarez

El fenotipo favorable de Gloria Álvarez resulta de su ascendencia húngara y cubana. De ahí también el “gen antipopulista” que mostró al mundo entero en su discurso ante el Parlamento Iberoamericano de la Juventud en 2014. El video viral impelió la defensa de la República (vida, propiedad, libertad) que promovía desde el Movimiento Cívico Nacional de Guatemala. La ha trasladado hasta ahora a Brasil, Argentina, Chile, Ecuador y Bolivia.

En Venezuela, presentó “#RepvsPop” entre el jueves y el sábado, con amarguras como la interrupción de un oficialista agitado en un auditorio de la Universidad Central de Venezuela (UCV), pero con deleites como terminar el primer día “en un Ágora, filosofando como los antiguos griegos”, invitada a intervenir en el Festival de la Lectura de Chacao en la plaza Altamira.

Gloria Álvarez habla de populismo y República ad honorem. Su ambición confesa es lograr un Foro de Sao Paolo a la inversa. Si otra aspiración asoma es la de una carrera política transparente. Glosa, como pasando una página en el aire con la mano izquierda, que "los políticos no saben que la corrupción de hoy, es la violencia y la pobreza del mañana". Bogotá espera la próxima parada de la asumida libertaria convertida en fenómeno.

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