El fiasco de Karim Khan; Por Omar González Moreno / @omargonzalez6
Mar de Fondo
La noticia de la suspensión temporal del fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, debido a una investigación por presunto acoso sexual, ha caído como un balde de agua fría sobre los venezolanos que anhelan justicia por las atrocidades cometidas por el régimen de Nicolás Maduro.
Este inesperado giro no solo sacude la credibilidad de una institución clave en la lucha por los derechos humanos, sino que plantea serias dudas sobre la imparcialidad de las investigaciones en curso por los crímenes de lesa humanidad ejecutados por la dictadura de Maduro.
Para un pueblo que había depositado sus esperanzas en la justicia internacional, esta pausa representa un nuevo capítulo de incertidumbre, dolor y, para la tiranía, un peligroso margen de maniobra.
Desde que la CPI abrió una investigación formal en noviembre de 2021 sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen chavista, los venezolanos esperaban que esta institución aplicara los castigos correspondientes a los responsables de tales atrocidades.
Las ejecuciones extrajudiciales, torturas, detenciones arbitrarias y persecuciones políticas profusamente documentadas han sido el sustento de un caso que debía responsabilizar a los más altos funcionarios del régimen de Maduro.
Sin embargo, resulta inexplicable por qué Karim Khan, no tomó la decisión de emitir la orden de captura contra Nicolás Maduro y sus colaboradores, como parecía lo lógico.
Inexplicablemente, fue postergando el asunto, lo que generó sospechas.
Algunos analistas incluso afirman que esta separación temporal no es más que una maniobra dilatoria para favorecer a la tiranía venezolana, especialmente considerando que la cuñada de Khan es una de las abogadas de Maduro.
Se dice, incluso, que el fiscal de la CPI llevó a cabo una simulación de investigación en Venezuela, sin resultados concretos, por instancia de su cuñada.
La investigación contra el régimen de Maduro indicaba que pronto emitiría órdenes de arresto contra figuras clave de su entorno. No habia excusas
Las pruebas eran abrumadoras, y no había forma de eludir esa responsabilidad.
Ahora, este paso atrás, aunque temporal, podría retrasar el proceso, debilitar el impulso de la CPI y alimentar la percepción de que la justicia internacional es vulnerable a la corrupción y los escándalos internos.
Para las víctimas y sus familias, que han esperado años por un atisbo de rendición de cuentas, esta noticia es un doloroso recordatorio de cuán frágil puede ser el camino hacia la justicia.
Para Nicolás Maduro y su cúpula, la ausencia de Khan es, sin duda, una oportunidad para burlarse nuevamente de la ley
El régimen ha demostrado ser experto en explotar cualquier resquicio para evadir la justicia.
Desde el inicio de la investigación de la CPI, el régimen venezolano ha utilizado tácticas de propaganda, negación y falsas reformas judiciales para desviar la atención y ganar tiempo.
La suspensión de Karim Khan les ofrece un nuevo pretexto para cuestionar la legitimidad de la CPI y reforzar su narrativa de que las acusaciones son parte de una “conspiración” de la verdadera oposición .
Más allá de la retórica, esta pausa podría permitir al régimen intensificar su represión interna sin el escrutinio inmediato de un fiscal comprometido con la justicia.
En un contexto donde la oposición enfrenta constantes amenazas, los presos políticos languidecen en cárceles inhumanas y la crisis humanitaria sigue desplazando a millones, cualquier debilitamiento de la presión internacional es un regalo para la tiranía.
Maduro, que ha podido sobrevivir penosamente a sanciones, aislamiento diplomático y protestas masivas, sabe que el tiempo juega a su favor mientras la comunidad internacional se distrae con otros asuntos.
Para los venezolanos, la noticia de la suspensión de Khan no es solo un titular; es un revés que reaviva las dudas sobre la utilidad de esos costosos e ineficaces organismos internacionales.
Las madres que han perdido a sus hijos en protestas, los presos políticos que soportan torturas, los exiliados que sueñan con regresar a un país libre: todos ellos creyeron que la CPI actuaría, como lo hicieron los tribunales que juzgaron a los nazis tras la Segunda Guerra Mundial.
La imagen inicial de Khan, era la de un funcionario serio, honesto y responsable, pero se fue desdibujando con el tiempo.
Ahora, el pueblo venezolano se enfrenta a la dolorosa tarea de mantener la fe en un proceso que, una vez más, parece pospuesto.
Sin embargo, la resiliencia de los venezolanos no debe subestimarse.
Nuestra gente está decidida a librarse de Maduro y sus cómplices, con o sin la CPI.
Con el liderazgo de María Corina Machado, mantiene la certeza de que pronto encontrará el camino para que se haga justicia.