El saqueo final de Maduro; Por Omar González Moreno /@omargonzalez6

Mar de Fondo

Nicolás Maduro ha decretado un estado de conmoción nacional, pero no se equivoquen porque no es para proteger a Venezuela, sino para terminar de saquearla.

Es un movimiento calculado, un telón de acero que oculta su verdadero propósito: reprimir con mano más dura y saquear hasta la última gota de las reservas internacionales del país.

Al igual que hizo Saddam Hussein antes de la intervención de Estados Unidos, Maduro está decidido a "raspar la olla", desangrando el Banco Central de Venezuela de su oro y divisas extranjeras.

Este estado de conmoción no responde a una crisis externa o interna.

Es una cortina de humo para intensificar la represión, silenciar voces disidentes y aplastar cualquier atisbo de resistencia.

Mientras el pueblo venezolano lucha por sobrevivir en un país devastado por la hiperinflación, la escasez y el colapso económico, Maduro y su cúpula se preparan para el atraco final.

Las reservas internacionales, ese último vestigio de riqueza nacional, son el botín que buscan.

Oro y divisas que deberían servir para aliviar el sufrimiento de millones están siendo desviados para engordar las arcas de la élite chavista y financiar su permanencia en los destinos que ya tienen elegidos para disfrutar de las riquezas robadas.

La historia se repite. Como Saddam, que en sus últimos días vació las reservas iraquíes para asegurar su futuro y el de su familia, Maduro sabe que su tiempo se agota.

La conmoción es su jugada desesperada, un pretexto para desencadenar una cacería contra opositores, periodistas y ciudadanos comunes que alzan la voz, mientras él y sus aliados saquean lo poco que queda.

Es un robo a plena luz del día, envuelto en discursos de soberanía y falsas promesas.

Venezuela no merece este destino.

El pueblo, que ha soportado años de miseria y opresión, no puede permitir que su futuro sea robado una vez más.

La conmoción no es solo un decreto; es una declaración de guerra contra la esperanza de un mejor futuro.

Es hora de desenmascarar a Maduro y su régimen, ya que no son más que delincuentes, depredadores.

Y mientras el país llora, ellos cuentan el oro, los dólares y los euros.

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