Se nos fue Toquita; Por Omar González Moreno / @OmarGonzalez6
Dicen que en el cielo no hay estadios ni encuentros deportivos. Así será. Pero los ciudadanos de Oriente inventamos un cielo repleto de gente para Toquita Mejías. Le damos canchas deportivas amplias y cómodas, frescas y bien cuidadas, bordadas entre las nubes para que ella vea a sus peloteros de la tribu Caribe sacar las pelotas de jonrón con las bases llenas, a sus Marinos convertidos en pájaros de hierro para coronarse campeones de la liga profesional de baloncesto y las tremendas goleadas con balones de oro de sus muchachos del Deportivo Anzoátegui.
Porque no hay mejor homenaje que se le pueda rendir a Antonia Evangelista Ruiz de Mejías, la bujía del deporte en Anzoátegui, quien ayer subió a la eterna inmensidad a la edad de 101 años, con sus manos huecas de tanto acariciar cabecitas de niños buenos que practican deporte y sus corazón convertido en una de las tantas estrellas que ayudó a formar durante su largo entrenamiento por la vida terrenal.
Se nos fue “Toquita”, quien siempre será recordada por la fanaticada deportiva por su puntual presencia y su proverbial y sonoro pito, apoyando desde las gradas a los equipos deportivos de la región, en especial a las divisas Marinos en baloncesto, Caribes en béisbol y Deportivo Anzoátegui en fútbol.
Pero no se vayan a creer que Toquita se fue, seguramente a encontrarse con su esposo, Antonio Mejías, quien también fue un destacado beisbolista, sin dejarnos otras ofrendas. Ella tuvo 12 hijos, 50 nietos y 25 bisnietos, así como numerosos campos deportivos que llevan su nombre y albergan miles de prospectos en todas las disciplinas deportivas.
Aplaudamos hoy de pie a Toquita Mejías, añadamos los sonidos de su pitos, mezclemos todo con el brillo de los astros del deporte que ayudó a formar y quizás estemos cerca de sus composición química….quizá.
¡Hasta el próximo partido Toquita!