Dec 9

Dec 9 La respuesta ante la farsa fue la consulta; por Pedro Galvis / @pgalvisve

El pasado 6 de diciembre se realizó una consulta nacional, la respuesta fue contundente, los venezolanos masivamente nos negamos a participar en esa opera bufa, que perseguía lavarle la cara al régimen y legitimar a una “oposición” más cómoda, que simulaba luchar contra el régimen, y que les resultaba muy útil a los propósitos de mostrar una sensación de normalización y estabilidad del conflicto político que mantiene el control territorial y usurpa el poder en Venezuela.

El boicot contra la farsa del 6 de diciembre visibilizó el repudio de la inmensa mayoría, sin embargo esto resulta insuficiente para algunos, quienes en 5 años de legislatura omitieron el asumir a plenitud la representación de la soberanía popular derivada del voto que les sirvió para llegar a la Asamblea Nacional, y que entre sus competencias incluían tanto el “legislar en las materias de la competencia nacional y sobre el funcionamiento de las distintas ramas del Poder Nacional”, como el “Autorizar el empleo de misiones militares venezolanas en el exterior o extranjeras en el país”. Es lamentable decirlo, pero las oportunidades tienen fecha de expiración.

La farsa sin embargo, tuvo algo de utilidad, sirvió para desnudar la falta de liderazgo de los candidatos alacranes y de los colaboracionistas, que en la mayoría de los casos llegaron a la Asamblea Nacional escudados tras la llamada unidad, una alianza electoral que desde hace años se convirtió en un cartel de partidos con cuestionados métodos para la toma de desiciones y para la designación de las personas que han venido postulando a los cargos de elección popular. Aferrados a tiempos y realidades pasadas y que a pesar de su desempeño, se niegan a reconocer sus errores, y sin propósito de enmienda, son un dique de contención para frenar los avances de liderazgos alternativos.

Lo cierto del caso es que la fuerza con la que se manifestó el boicot contra la farsa electoral del 6 de diciembre, no puede ser subestimada. Ante el chantaje y la presión, los ciudadanos respondieron al no hacerse presentes en el acto para formar parte del circo y dejaron los centros electorales desiertos. Esta respuesta ciudadana debería ser suficiente para hacernos entender, el hartazgo ciudadano, pero pareciera que el mensaje no fue claramente entendido, esto desafortunadamente evidencia el nivel de desconexión de algunos dirigentes políticos, que definitivamente no entienden a las personas que aspirar liderizar. Los venezolanos hemos mantenido toda la fuerza y disposición para salir del régimen, pero esa lucha ha sido desviada por quienes han visto en la cohabitación su oportunidad para hacer negocios.

Por esa razón, ahora más que nunca debemos elevar nuestras voces para gritar NO MÁS FARSAS. Ya hemos respondido suficientemente, una y otra vez, lo que queremos es el desalojo del régimen sin demora. Para desalojar a las mafias del poder no podemos seguir perdiendo tiempo y oportunidades. Por ello, es indispensable organizar y articular nuestra fuerza en la dirección correcta, una que nos permita superar las fuerzas y la violencia de quienes nos oprimen, para lograr derrotarlos definitivamente, porque sabemos que no todos los caminos nos conducen a la libertad.

No sigamos buscando recetas de lecciones o de experiencias en el pasado, que fueron usadas para resolver conflictos y situaciones que se parecen muy poco a nuestra inédita realidad. Con un diagnostico acertado, una ruta claramente definida, con un liderazgo confiable y comprometido, y si todos hacemos lo que nos corresponde, recuperaremos la confianza y el momentum requerido para aplicar todas las fuerzas necesarias para conquistar la libertad.

Ya basta de vacilaciones, se debe poner fin a la improvisación!