Cuando en 1990 se fundó el Foro de Sao Paulo, como reflejo latinoamericano-cubano a la caída del Muro de Berlín, que dio fin a la ocupación soviética de Europa Oriental e inició el Via Crucis Cubano por falta de fondos para continuar su destartalada política económica y contando con el entusiasta protagonismo de Fidel Castro, sólo uno de los partidos de izquierda latinoamericana ocupaba el gobierno. El Partido Comunista Cubano.

La alegada superioridad ética de la izquierda, como defensora de los derechos humanos! y al convertirse ladinamente en adalid de los movimientos ecologistas, feministas, ambientalistas, preocupados por el resultado de las políticas de apertura en América Latina, tenía un enorme bache: Cuba era y es una cruel dictadura y su desempeño económico, que incluía el apoyo soviético era lamentable. No obstante, los movimientos y partidos de izquierda, se las arreglaban para justificar su apoyo a la tiranía castrista, con hipocresía, asimilando y aplicando la misma actitud cínica de los soviéticos de la guerra fría, negando la realidad y engañando a sus pueblos.

Pronto, gobiernos surgidos de la exitosa estrategia para que los partidos de izquierda pudieran acceder al poder, tendrían la oportunidad de demostrar la superioridad del Socialismo en su competencia frente a la plataforma de Libre Mercado que simultáneamente aplicaba la Europa del Este, ahora libre.

El resultado no pudo ser más revelador.

Después de casi treinta años, Europa del Este logró salir de la pobreza en la que el horror de la ocupación soviética la había dejado. Mientras en América Latina, las políticas de corte socialista, intervencionista, de controles, expropiaciones, etc., instaurada bajo patrocinio cubano, lograba lo imposible; arruinar hasta el límite a un país petrolero como Venezuela y atrasar penosamente a unos cuantos de los otros seguidores de las políticas socialistas ya probadamente fracasadas en todo el mundo.

Pero dónde la izquierda da una verdadera lección acerca de su desempeño ético es en el ejercicio del poder y en el respeto por la democracia. El Partido de los Trabajadores, anfitrión del Foro de Sao Paolo tiene a su plana mayor y ex-ministros, confesos de corrupción en los casos Lava Jato y Odebrecht. Y a su líder Lula, condenado por 12 años!

Que sus partidarios aún lo apoyen dice mucho de la falta de ética de su movimiento y de su pueblo. Aún la historia de estos casos de corrupción no se ha terminado de escribir, pero que emblemáticos personajes del Foro de Sao Paolo, Jefes de Estado, como Cristina Kirchner estén implicados en corrupción, y en violación de derechos humanos como Daniel Ortega, es alarmante. Aún así los partidos y movimientos de izquierda son capaces de justificarles todo.

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Escrito por: Yovany Rojas / @YovanyRojas