El don de la oportunidad; por: Rodolfo Mata
Mickey Mantle fue uno de las más luminosas estrellas de las ligas mayores. Bateaba jonrones a granel y fue figura emblemática de los Yankees de Nueva York a mi módico entender el mejor equipo beisbolístico en la historia de ese deporte. Cuentan sus biógrafos que su recluta sucedió a los 16 años por los Reales de Kansas City para la época sucursal en el Big Show de los Yankees, Y cuando inició sus andanzas con los Reales, Mantle de inmediato fue convocado por el team del Bronx donde escribió su historia repleta de acción, de records y de gloria. Ya retirado montó un restaurant modesto frente al Central Park de Nueva York y allí por suerte lo conocimos.
Cuando ascendió a las grandes ligas Mantle estudiaba ingeniería y sus padres rechazaron la idea de que abandonara la universidad para dedicarse a repartir batazos. Se necesitó de varios padrinos que convencieran a los Mantle de que una vez que triunfara en grandes ligas no necesitaría ser ingeniero pero si aún aspiraba serlo podía proseguir sus estudios. Si actuaba en dirección inversa, cuando terminara la carrera de ingeniero no sería el gran atleta que necesitaba en ese momento el equipo. Argumentos y dólares como jamás imaginaron sus padres, doblegaron la tozudez y el resto de la historia es parte de la Historia.
Aquella era la oportunidad de Mickey Mantle. No otra. No un mes o un año después. Era aquél preciso momento y Mickey lo aprovechó al máximo en todo sentido. Pero igual que este caso también debemos comprender cuándo NO es la oportunidad. La terquedad no genera réditos, al contrario, ofrece dolores de testa en veces insuperables. Es algo que deberían comprender nuestros políticos. Henry Ramos Allup, por ejemplo, sigue empecinado en ser candidato presidencial aunque perdió una ocasión de oro que le brindó la AN. Ensoberbecido, halagado, interregno y endiosado no deparó en lecciones de vida porque él, a su entender, era la vida.
Pero aún Henry transita por el mundo disparándole flechas a la luna. Se retira de la MUD de forma inconsulta. Ningún adeco en el país ofreció esa patente al secretario general. Eso se llama soberbia y ceguera policía. Rosales también sueña con ser de nuevo abanderado presidencial, pero es más prudente. Capriles no ceja en el empeño por repetir su acrobacia aun sabiendo que bajo el trapecio no hay red y el riesgo de caer es mortal para el país. Borges imitó a Ramos Allup y ya nadie recuerda su paso por la presidencia de la AN. El otro Henri se apagó aunque intenta sobrevivir a su estrepitoso fracaso. Siempre arrogante. (Ninguno de ellos es Mickey Mantle).