A las madres de hijos infinitos; por: Luis Manuel Marcano Salazar
A LAS MADRES DE HIJOS INFINITOS
Madre, no estoy muerto,
Soy un arcoíris que se hizo bandera,
Un eco que se escurre en entre gritos altivos
y valientes protestas,
En un millón de voces como escudo,
Soy el arma de la razón, soy vida.
Madre, que tu llanto sea eterno,
Parto de una nueva nación,
Mi sangre es un pacto de vida y dignidad,
es corazón
Un nudo en las conciencias,
Una vela encendida sobre cada esperanza,
Ventana de tus ojos llorosos
Infinito tu gozo,
Por haberme tenido.
Madre soy luz de un camino que se inicia,
Resplandor de un pasado de cenizas,
Soy el viento y la Vela
De una nueva Venezuela,
Que tu llanto sea eterno y se convierta en canto.
He vuelto a tu regazo, como tú me sentías,
Siempre estaré a tu lado, siempre seré tu hijo,
Y un día que tu llanto
Ya no sea más un canto
que la nieve del tiempo caiga sobre tus cabellos,
que sientas que nunca me cansé de amarte,
estarás sonreída,
cuando vaya a buscarte.
Luis Manuel Marcano Salazar
Magistrado del Tribunal Supremo de Justicia
Sala Constitucional
Diplomático de Carrera