Trump considera atacar a los cárteles en Venezuela: Contexto ampliado sobre la escalada en las tensiones entre EE.UU. y el régimen de Maduro
Un ataque dentro de Venezuela marcaría una escalada sin precedentes, potencialmente interpretada como una intervención directa contra el régimen de Maduro, a quien Trump ha calificado de "líder de cartel terrorista"
Con información de Reuters, CNN y otras fuentes
WASHINGTON, 8 sep- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está evaluando una serie de opciones para realizar ataques militares contra los cárteles de la droga que operan en Venezuela, incluyendo posibles operaciones dentro del territorio venezolano, como parte de una estrategia más amplia para debilitar al líder Nicolás Maduro y combatir el narcotráfico en la región. Esta información, revelada inicialmente por CNN el 5 de septiembre de 2025 citando múltiples fuentes cercanas a la administración, representa una escalada dramática en las ya tensas relaciones entre Washington y Caracas, que datan de años pero se han intensificado desde el regreso de Trump a la Casa Blanca en enero de 2025.
Antecedentes de la crisis en las relaciones EE.UU.-Venezuela
Las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela no son nuevas. Desde 2019, Washington no reconoce la legitimidad del gobierno de Maduro, a quien acusa de fraude electoral y de convertir al país en un "narcoestado" al colaborar con grupos criminales para traficar cocaína y fentanilo hacia EE.UU. En su primer mandato (2017-2021), Trump impuso sanciones severas y llegó a ofrecer una recompensa de 15 millones de dólares por la captura de Maduro, acusado de narcoterrorismo. En 2020, un tribunal federal de EE.UU. lo procesó formalmente por liderar el "Cartel de los Soles", una red supuestamente integrada por altos funcionarios venezolanos, incluyendo militares e inteligencia, que facilita el envío de toneladas de cocaína desde aeropuertos y puertos clandestinos en alianza con las FARC colombianas.
Tras su reelección en 2024, Trump ha endurecido su postura. En julio de 2025, firmó una directiva secreta que autoriza al Pentágono a usar fuerza letal contra carteles latinoamericanos designados como "organizaciones terroristas extranjeras". Esto incluye al Tren de Aragua, una pandilla venezolana originaria de prisiones del estado de Aragua, que EE.UU. acusa de infiltrar flujos migratorios, extorsiones, asesinatos por encargo y contrabando humano, aunque expertos como InSight Crime señalan que su rol en el tráfico transnacional de drogas es más bien como subcontratista que como actor principal. En agosto de 2025, la recompensa por Maduro se duplicó a 50 millones de dólares, equiparándola a la ofrecida por Osama bin Laden en su momento, y se extendió a otros altos funcionarios como el exvicepresidente Tareck El Aissami.
El contexto regional incluye la crisis humanitaria en Venezuela, agravada por la elección presidencial de julio de 2024, considerada fraudulenta por observadores independientes como el Centro Carter y la ONU, lo que generó protestas masivas y la huida de millones de venezolanos. EE.UU. ve en los carteles un apoyo financiero al régimen de Maduro, que a su vez acusa a Washington de buscar un "cambio de régimen violento" para apoderarse de sus reservas de petróleo.
El reciente ataque al barco y la escalada militar
El detonante inmediato fue el ataque del 2 de septiembre de 2025, cuando el ejército estadounidense realizó un "golpe cinético" (ataque letal) contra un barco que partía de Venezuela en el sur del Caribe, matando a 11 personas. Trump anunció la operación en una conferencia de prensa en la Casa Blanca, afirmando que la embarcación pertenecía al Tren de Aragua y transportaba "cantidades masivas de drogas" destinadas a EE.UU., en aguas internacionales. "Acabamos de volarlo... Hay más de donde salió eso", dijo Trump, enfatizando que se trataba de "narco-terroristas".
Esta fue la primera operación letal conocida desde el despliegue de buques de guerra en el Caribe sureño, que incluye siete naves (como el USS San Antonio y USS Iwo Jima) con más de 4.500 marineros y marines, más un submarino de ataque nuclear rápido. En respuesta, se enviaron 10 aviones de combate F-35 a Puerto Rico para "operaciones contra carteles". El secretario de Estado, Marco Rubio, justificó la acción: "En lugar de interceptarlo, lo volamos por orden del presidente. Pasará de nuevo, quizás esté ocurriendo ahora". Rubio, quien ha sido el rostro público de la campaña anticárteles, insistió en que se trata de una "operación antidrogas" y no descartó ataques en suelo venezolano: "Tomaremos a los carteles dondequiera que estén, operando contra los intereses de EE.UU.".
Fuentes de CNN indican que este ataque es "solo el comienzo" de un esfuerzo mayor para eliminar el tráfico de narcóticos y presionar a aliados de Maduro que se benefician de ingresos ilícitos, posiblemente incentivando un golpe interno. "La opción preferida es que Maduro se vaya por su cuenta, leyendo las señales. ¿Quieres que sea fácil o difícil?", dijo una fuente anónima. Sin embargo, la administración es "intencionalmente nebulosa" y no hay indicios de que Trump haya decidido aún por strikes terrestres.
Posibles implicaciones y reacciones
Un ataque dentro de Venezuela marcaría una escalada sin precedentes, potencialmente interpretada como una intervención directa contra el régimen de Maduro, a quien Trump ha calificado de "líder de cartel terrorista". Analistas como Ryan Berg del Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales advierten que esto podría desestabilizar la región, aunque Trump lo enmarca como defensa contra la "amenaza inminente" de drogas que matan a miles de estadounidenses. Críticos cuestionan la inteligencia detrás de las operaciones y el rol real del Tren de Aragua en el fentanilo, que principalmente proviene de China vía México.
Maduro respondió el 5 de septiembre exigiendo respeto a la soberanía venezolana: "El gobierno de EE.UU. debe abandonar su plan de cambio de régimen violento en Venezuela y toda Latinoamérica, y respetar la soberanía, el derecho a la paz y la independencia". Amenazó con declarar una "república en armas" y movilizó 4.5 millones de milicianos. El ministro de Comunicaciones venezolano, Freddy Ñáñez, cuestionó la veracidad de un video del ataque, sugiriendo que era una "animación caricaturesca" creada con IA.
En redes sociales como X (antes Twitter), el tema ha generado debate. Trump insinuó más acciones el 7 de septiembre: "¿Bombardear carteles en Venezuela? Vas a averiguarlo". Usuarios conservadores lo aplauden como "enfoque duro contra el narco", mientras otros lo critican como "provocación imperialista".
La Casa Blanca no ha confirmado strikes inminentes, pero el despliegue militar sugiere preparación. Esto podría redefinir la política exterior de Trump en América Latina, priorizando la "guerra contra las drogas" sobre la contención de China o Rusia, según informes del Pentágono. La comunidad internacional, incluyendo aliados de Maduro como Rusia y Cuba, observa con preocupación, temiendo un conflicto mayor en el hemisferio occidental.