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Simón, la película que desafía al régimen de Maduro desde los cines: “Si la censuran demuestran aún más que son una dictadura”

Simón, la película que desafía al régimen de Maduro desde los cines: “Si la censuran demuestran aún más que son una dictadura”

En conversación con Infobae el director venezolano Diego Vicentini contó cómo lo que se suponía que era un proyecto de tesis para su maestría se convirtió en un éxito cinematográfico que representará a Venezuela en los Goya y habló de la advertencia que recibió al visitar su país natal para proyectar el filme en un festival

Por Marcos Colombo para Infobae

La película venezolana que muestra la crueldad del régimen de Maduro contra las protestas

En las carteleras cinematográficas, emerge una joya fílmica que capta la atención de todos aquellos ávidos de una narrativa cruda y valiente, con raíces profundamente arraigadas en los eventos de las protestas ocurridas en Venezuela en 2014 y 2017 bajo el régimen dictatorial de Nicolás Maduro.

“Simón”, la ópera prima del director venezolano Diego Vicentini, nos lleva a un viaje emocional y político a través de la historia de un líder estudiantil que, tras enfrentar la brutalidad de un régimen opresivo, es detenido y torturado, por lo que busca asilo político en Miami.

La película explora temas de trauma, culpa y la difícil decisión de quedarse en el exilio o regresar a enfrentar la tiranía en su país natal.

Uno de los aspectos más sorprendentes de “Simón” es que, a pesar de su contenido crítico y su representación gráfica de los eventos de 2017, el régimen autorizó su exhibición en Venezuela. Sin embargo, no lo hizo sin antes añadir una advertencia en el certificado de autorización, sugiriendo que la película “podría violar la ley contra el odio”.

Esta amenaza latente plantea la posibilidad de que la película pueda ser prohibida en cualquier momento, lo que añade un elemento de suspenso a su proyección en el país.

De hecho, surgió en las redes sociales un rumor sobre la censura de “Simón” en los cines venezolanos. Sin embargo, hasta ahora, la película ha desafiado las expectativas y ha sido permitida para su proyección, a pesar de las advertencias del ré

El director, Diego Vicentini, egresado de la prestigiosa New York Film Academy, se embarca en su primer largometraje con la ambición de transmitir la experiencia de los jóvenes manifestantes que arriesgaron sus vidas por un cambio en Venezuela. La película se filmó en Miami en 2021, en medio de la pandemia de COVID-19, y está inspirada en un cortometraje previo que Vicentini rodó en 2019, como parte de su trabajo de tesis para su maestría.

“Simón” ha recorrido un impresionante camino en festivales de cine, acumulando elogios y reconocimientos en cada paso del camino. Su viaje en festivales comenzó con su destacado debut en el Festival de Cine de Florida y el Dallas International Film Festival, donde obtuvo el premio de la audiencia en la categoría de mejor película internacional.

Sin embargo, fue en su propia tierra natal, en el Festival del Cine Venezolano de Mérida, donde alcanzó su máximo reconocimiento, llevándose a casa múltiples premios, incluyendo Mejor Película, Director, Guion, Fotografía, Edición y Actor de Reparto. Esto demuestra no solo la calidad cinematográfica de la película, sino también su poder para resonar profundamente con la audiencia.

Además, fue elegida como la candidata para representar a Venezuela en los Premios Goya, uno de los galardones de cine en español más importantes del mundo, así como también fue la obra seleccionada para representar al país en el New York Latino Film Festival.

La película se estará proyectado en diversas ciudades alrededor del mundo incluyendo Buenos Aires, Santiago de Chile, Lima, Quito, Medellín, Panamá, Miami, Los Ángeles, Palo Alto y Madrid. La demanda por entradas ha sido tan alta que se agotaron rápidamente en varias de estas ciudades.

- ¿Qué te hace sentir que esta película, tu primera película, tenga esta contundencia y este éxito?

-Estos días han sido de muchas emociones desde el estreno en Venezuela. Es un sentimiento como agridulce. El cineasta en mí, por supuesto que está contento con esto. Esto significa que la película está conectando, que a la gente le está gustando. Esto significa que la película funciona, que es lo suficientemente buena como para que no te distraiga lo malo, sino que estás conectado con los personajes. Pero al venezolano dentro de mí le duele. Me duele porque lo que veo es que estamos conectando con una herida y un dolor profundo y silencioso que todos compartimos colectivamente por el país. Me escribe mucha gente que está muy agradecidas por contar esta historia, por verse representados, por no dejar que olvidemos. Porque es palpar y sentir lo que nos duele y que esas heridas las tenemos ahí sangrando aunque queramos verlas o no, y pensando que quizás ya la habíamos superado y claramente no, no las hemos superado y es muy difícil superar algo si no ha habido justicia. Lo lindo es que la película ha sido como una terapia colectiva para poder compartir en una sala para llorar, soltar y abrazarnos entre nosotros. Pero bueno, es agridulce porque es chévere como cineasta, pero como venezolano me duele.

- Desde que se anunció la película, hubo amenazas de que la pudiesen censurar. A pesar de todo este temor, ¿por qué crees que en medio de una dictadura tu película la estén pasando en Venezuela?

-Es difícil tratar de adivinar o anticipar qué es lo que están haciendo. Lo que estoy seguro es que siempre van a hacer lo que ellos piensan que les conviene. Es decir, quizás es tan sencillo como pensar que si la censuran le da más prensa y se demuestra más que son una dictadura y que no hay libertad de expresión. Entonces, como tal vez ha salido gente a decir que la película muestra de lo que es capaz el gobierno si salimos a protestar, entonces la están dejando pasar. Se ha especulado mucho. A mí me importa que el mensaje le llegue a todos los venezolanos. Así que honestamente ahorita no me quejo que siga en salas de cine. Desde que nos sacamos el certificado de Obra Nacional ya nos habían puesto una cláusula que dice que estamos posiblemente en la violando la Ley contra el Odio y la Convivencia Pacífica, que pueden ser de 10 a 20 años de cárcel. Y después, al parecer un abogado metió una denuncia a la Fiscalía porque estamos incitando a la violencia, A nosotros no nos ha llegado ningún comunicado oficial, algo contundente sobre algún tipo de censura. Así que bueno, todo sigue corriendo con normalidad y yo estoy feliz de que el mensaje y la película esté llegando a los venezolanos dentro del país.

-¿Cuando recibiste la comunicación de que con la película probablemente estabas violando la Ley del Odio sentiste miedo, crees que pueda ser una excusa para arrestarte si vuelves al país?

-Sí, por supuesto que es una consideración. Yo no tenía pensado ir al festival (en Venezuela), pero decidí unos días antes ir porque siendo esta una película sobre la lucha quería dar la cara y arriesgar algo. Al final todos vamos a tener que arriesgar algo. Yo no quería abandonar la película, aún si eso significa un riesgo físico. Yo no avisé nada que iba y estuve allí, estuve muy nervioso en la proyección, sufrí muchísimo la película, estaba sudando frío en la sala, el mismo proyeccionista cuando vio de qué iba la película, bajó a los diez minutos y me dijo que si me pasaba algo que le avisara. Y después en la rueda de prensa todas las preguntas eran del gobierno criticando la película, a pesar de que habían otras películas. Una periodista del canal 8 (VTV de señal estatal) nos sacó en cara la cláusula de la Ley Contra el Odio, eso se sintió mucho más planeado, cómo obtuvo ese documento del Cnac (Centro Nacional Autónomo de Cinematografía) si es algo entre nosotros, para venir acá a preguntarnos eso específicamente, para mostrar que nos están observando. Yo me comuniqué con alguien ahí con autoridad en el festival le expresé que estaba nervioso, pero me dijo que estuviera tranquilo, que él estaba ahí todos los años y tenía que lidiar con ellos, me aseguró que no me iba a pasar nada. Al día siguiente igual decidí irme a San Cristóbal para al menos no estar allí (en Mérida), y cuando estaba en vía ya a Cúcuta me llegó un mensaje de esa persona diciendo “váyanse, no estén aquí”. Entonces esa persona que había dicho que no me iba a pasar nada que él entendía mi miedo por no haber vuelto en 13 años a Venezuela, que las cosas ya no eran tan difíciles, fue la misma persona que me dijo un día después que mejor me fuera.

-¿Qué te dijo esta persona, te dio algún detalle de lo que te podía pasar de o por qué te dio ese aviso?

-Sí, yo después hablé con esa persona un poco más a detalle, pero me pidió no mencionarla, ni hablar de esos detalles sobre lo que había pasado.

-¿Si bien es una ficción, está basada en testimonios reales, sientes que esos testimonios pudiesen sumar como pruebas a las investigaciones por crímenes de lesa humanidad contra el régimen?

-Lo que yo más espero es que esta película pueda ayudar al tema de la empatía, porque esos reportes están, son miles, pero son palabras y es difícil transmitir una emoción con texto. Ya me han empezado a pedir que si la pueden usar para ciertas juntas que hay de derechos humanos, etc. Esta es la historia de una persona, esto no es suficiente para hacer un reporte sobre crímenes de lesa humanidad, pero lo bueno es que nosotros nos conectamos más con las historias individuales. Ojalá que cuando termines de ver la película de “Simón”, si sales llorando y súper conmovido, después puedas darte cuenta que hay 18.000 casos de lo mismo, que están en esos reportes. Estos son los casos que sabemos porque hemos podido hablar con ellos, tal vez hay más. Eso sí me parece que puede ser algo potente y ojalá ayude en ese sentido a todas las denuncias que se están haciendo.

- ¿En algún momento mientras escribías la película tuviste que autocensurarte?

-No, yo sentí una total libertad. No tengo familiares cercanos en Venezuela, entonces eso es un alivio enorme y yo vivo fuera. Yo asumí que esto no lo iban a dejar pasar en Venezuela, entonces decidí mostrar lo que yo quiero mostrar, las verdades, porque no estaba tratando de que no me la censuren en Venezuela, la vi como algo para la comunidad internacional. Los venezolanos a veces asumimos que ya todo el mundo sabe esto por la Corte Penal, los reportes, creemos que esto ya es obvio, todo el mundo sabe lo que pasó en Venezuela, pero en realidad nadie sabe lo que pasó en Venezuela, han escuchado algo de estos 20 años, saben que no están tan bien las cosas, pero hasta ahí llega. Entonces esa fue mi intención, la película es bilingüe, la mitad es en inglés, con ese propósito de que tengan acceso. Si no sabes qué pasó en Venezuela, puedas ahora conocer más de ella y por lo que hemos pasado. Básicamente no tuve freno alguno con lo que quise contar y con lo que quise mostrar.

- De todos los festivales donde te han premiado, el que más lo hizo fue justamente el de Venezuela, siendo un evento que se celebra dentro de una dictadura ¿crees que es un acto de rebeldía por parte del festival reconocer el mérito de tu trabajo en medio de este contexto?

-Yo más que un acto de rebeldía, diría que fue un acto de valentía. Y eso fue algo con lo que me quedé del festival, más allá de cualquier mérito artístico que pueda tener la película, salí de ahí con un orgullo de que todavía hay gente dispuesta a arriesgar algo por lo que piensan que es correcto. Empezando por el Festival del Cine que estuvo dispuesto a proyectarla, era más fácil decir que no había cupo, más bien ellos nos llamaron a nosotros para mostrarla. Después el jurado, que eran cinco personas, que hayan estado dispuestos a tomar esa decisión pese a las presiones, porque sé que hubo presiones. Habían películas buenas en ese festival, por ejemplo “La Sombra del Sol”, súper película de Miguel Ferrer, hubiese sido un argumento para darle el premio a esa también y no era una locura porque es muy buena, pero tomaron la valentía pensando que esta era la decisión correcta. La película ganó el festival y ahora fue la seleccionada para representarnos en los Goya, una película sobre la lucha y que muestra lo que pasa en Venezuela, va a estar en los premios más importantes de habla hispana del mundo, en España, ojalá sea una lección para nosotros, que actos pequeños de valentía sí tienen repercusión, si todos nos montamos en esa ola, creo que podemos lograr un un efecto masivo.

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