“El gobierno busca resolver por vías no electorales su déficit de popularidad”
Pedro Galvis, dirigente regional de PJ afirma que la población ya no se cree el cuento de la guerra económica porque sabe que si así fuera, las empresas expropiadas no estarían paradas, sino abasteciendo al pueblo
Niurka Franco
16 años de improvisaciones es demasiado. El gobierno intenta ahora saquear los pocos productos básicos que se producen en el país, con la medida de redistribución desde los canales privados a las cadenas públicas, lo que indica que sigue sin entender que el problema que agravó la crisis de escasez y el desabastecimiento, es precisamente la falta de producción interna.
La afirmación corresponde a Pedro Galvis, dirigente regional de Primero Justicia, al hacer un análisis del tema que ha sido viral en las redes sociales y algunos medios de comunicación, cual es el Decreto que obliga a las empresas productoras de alimentos a enviar a la red pública de distribución entre 30 y 100% de su producción.
El dirigente aclara que la crisis es consecuencia de la obsesión del gobierno por atacar y controlar los medios de producción que ahora deben comprar materia prima e insumos en el extranjero, pero sin recibir los dólares necesarios para realizar dichas importaciones, porque el gobierno define a quien otorgar o no las divisas.
“En Venezuela no hay producción porque el gobierno expropió y confiscó unidades productivas que hoy no funcionan, prefirió importar alimentos y productos de sus compadres ideológicos a cambio de petróleo, dejando en el camino jugosas comisiones en dólares”.
Por fortuna según Galvis, la gente abrió los ojos y hoy está clara. “Aquí ya todos saben que la fulana guerra económica es un cuento que inventó el gobierno para escurrir su responsabilidad respecto a los graves problemas de inflación, abastecimiento y escasez que azotan a la familia venezolana y que son la consecuencia directa de tantos años de políticas criminales de confiscaciones, expropiaciones y ataques para destruir los medios de producción nacional, que buscaban favorecer sus grupos de enchufados”.
Estima necesario tener claridad en las ideas, para no hacerle el juego a un gobierno que percibe como fracasado, luego de perder la conexión con la gente, subrayando que al saberse minoría, el gobierno está apostando a un juego peligroso.
“Han colocado a Venezuela sobre una bomba de tiempo, ningún sector de la alternativa democrática que aspire un cambio para el país puede pisar el peine, y facilitarle el juego al gobierno que busca resolver por vías no electorales su déficit de popularidad”.
Hizo un llamado a la responsabilidad y ratificó que el país transita por tiempos muy peligrosos y que no es momento de personalismos ni cálculos partidistas. “El país exige de su dirigencia democrática la responsabilidad y cordura que no se aprecia del lado del oficialismo. Es tiempo de acoger la tarjeta única y garantizar un mensaje que refleje las aspiraciones de la gente que hoy esta angustiada ante tanta improvisación”.