“Penurias unen a opositores y oficialistas”
Venezolanos padecen las mismas calamidades; colas, escasez, inseguridad, servicios públicos deficientes, inflación, deterioro de la calidad de vida y desempleo, mientras el gobierno se muestra debilitado y ciego
Niurka Franco
La vida del venezolano en pleno siglo XXI, discurre entre colas y un eterno peregrinar en la búsqueda de productos que le permitan satisfacer sus necesidades básicas, algo que hasta hace poco, no significaba problema alguno.
Bastaba con acudir al auto mercado para obtener cuanto requeríamos, mientras otros cuya holgura económica así se lo permitía, sólo alzaban el teléfono para hacer el pedido y al cabo de unos minutos, asunto resuelto.
Hoy se requieren como mínimo tres horas para la compra de un producto, porque la escasez puso en boga las colas y de éstas no se salva nadie.
En las prolongadas filas coinciden hasta por medio día, miles de almas en una especie de purgatorio, donde es obligatorio pagar penitencia por un delito del cual nadie está claro, pero igual debe asumir la condena.
Ceguera oficial
Tito Barrero, presidente de la Federación de Trabajadores de Anzoátegui (Fetranzoátegui), dijo no tener dudas en cuanto a que el gobierno padece una ceguera extrema. “Y lo más grave es que no quiere ver, ése es el peor ciego”, asegura, para subrayar que además es mentiroso.
“El gobierno habla de guerra económica para intentar justificar el desastre y endosar la responsabilidad a otros, pero resulta que esa guerra la declararon ellos mismos al pueblo cuando a través del extinto Higo Chávez, decidieron iniciar la destrucción del aparato productivo, con la expropiación de empresas que hasta el sol de hoy están cerradas o por cerrar”.
El dirigente laboral mencionó además lo que viene ocurriendo tras la caída de los precios del petróleo, lo cual a su juicio debería obligar a quienes administran la Hacienda pública, a pensar en la búsqueda de salidas, como por ejemplo, el incentivo a la inversión privada tanto interna como externa, para que se dinamice el empleo y la estancadaeconomía nacional.
Desde su óptica, al gobierno le toca conciliar y generar reglas de juego claras, para que capitales privados ayuden a la reactivación del país.
Goliat debilitado
Para Pedro Méndez, dirigente político, la realidad es extremadamente preocupante, máxime cuando a su juicio, el gobierno ha perdido no sólo su fortaleza, sino que además exhibe su debilidad con acciones efectistas.
“Está muy débil (el gobierno) y ha perdido las perspectivas. Sólo así se explica que ante una realidad tan crítica como la que está planteada en el país desde el punto de vista económico y financiero, estén llamando a una “marcha anti imperialista”.
Observa que frente a las posibles sanciones por parte de Estados Unidos, a funcionarios del gobierno por casos puntuales de corrupción y violación de Derechos Humanos, la respuesta es convocar a una marcha para condenar la supuesta injerencia en asuntos internos del país.