Genocidio económico; Por Omar González Moreno / @omargonzalez6
Mar de Fondo
En Venezuela se agrava cada día más la crisis económica sin precedentes que ha provocado la corrupción y la incapacidad de Maduro y sus cómplices, crimen que golpea de manera brutal a nuestro desesperado pueblo.
La inflación galopante y las constantes devaluaciones monetarias no son solo cifras; son historias de familias que luchan por sobrevivir día a día.
Detrás de cada número, hay un rostro, un niño que llora por un bocado de comida, una madre que se desvela buscando formas de conseguir medicinas, y un padre que siente el peso de no poder brindar lo necesario a sus seres queridos.
Bajo la dictadura de Nicolás Maduro, la economía venezolana ha sido devastada.
El bolívar, nuestra hiper devaluada moneda nacional, se ha convertido en un símbolo de la ineficacia y la corrupción del régimen.
Las devaluaciones no solo han puesto en jaque a la economía, sino que han llevado a millones a la miseria.
Las personas se ven obligadas a hacer largas colas, a menudo bajo el sol ardiente, con la esperanza de obtener alimentos básicos mientras que, irónicamente, los jerarcas del socialismo vernáculo abultan con miles de millones de dolares sus cuentas personales en el exterior y se dan la gran vida.
La realidad es que la inmensa mayoría de los venezolanos sometidos a la perversa tiranía de Maduro y sus secuaces ven desaparecer sus sueños y aspiraciones en la vorágine de una hiperinflación que no da tregua.
Este sufrimiento no solo afecta la calidad de vida; también ha fragmentado el tejido social.
La desesperanza y la incertidumbre se han instalado en los hogares, donde el futuro parece un horizonte distante.
Sin embargo, en medio de la adversidad, el pueblo venezolano muestra una resistencia admirable.
La solidaridad entre vecinos, la creatividad para encontrar soluciones y la tenacidad para seguir adelante son testimonios de un espíritu indomable.
La comunidad internacional observa, pero el eco de las súplicas y las necesidades internas se hace cada vez más fuerte.
Es un llamado a la acción, no solo por parte de gobiernos, sino de seres humanos que creen en la dignidad y los derechos de cada persona.
La lucha contra el sufrimiento que provoca el saqueo de los socialistas, la inflación y las políticas económicas fallidas es, en última instancia, un llamado a la justicia y a la libertad.
A medida que el pueblo venezolano enfrenta estos desafíos, es esencial que no se pierda la esperanza.
La historia está llena de momentos oscuros, pero también de renacimientos. Unidos y firmes, los venezolanos continuamos nuestra lucha por un futuro donde la dignidad y la paz sean la norma, y no la excepción.
Cada paso que damos hacia la libertad es una chispa de luz en la penumbra de la opresión.
