Vacuna contra el fraude; Por Omar González Moreno / @omargonzalez6
Mar de fondo
Un sendero de marcas rojas de engaños y fraudes cometidos en los últimos años conduce hasta la sede del Consejo Nacional Electoral en Caracas.
El CNE -como se le conoce por sus siglas- es quizá uno de los organismos públicos mas desprestigiados del pais.
Algunos creen que no es más que un organismo infectado por grupos de amibas humanas incrustadas en el intestino del poder en Venezuela.
Esa misma institución que, repetidas veces en las madrugadas, ha ahogado los ecos de libertad del pueblo venezolano, ha tomado la decisión de revocar la invitación a los observadores de la Unión Europea (UE) para las próximas elecciones presidenciales.
Esta acción plantea otra vez gravísimas interrogantes sobre la transparencia y legitimidad del próximo proceso electoral en nuestro país.
La presencia de observadores internacionales es crucial para garantizar la equidad y la credibilidad de cualquier elección.
Su ausencia en este caso plantea serias dudas sobre la voluntad del regimen venezolano de permitir un escrutinio imparcial y justo de los comicios.
Muchos piensan que sin la supervisión independiente de entidades como la UE, los riesgos de irregularidades y falta de legitimidad en el resultado final aumentan significativamente.
Pero ignoran que hay una vacuna para evitar el fraude electoral. Una vacuna infalible.
Se trata de la gente. La vacuna es el pueblo venezolano organizado, preparado y movilizado para evitar la trampa.
La revocatoria de la invitación a los observadores de la UE afecta la percepción de la comunidad internacional sobre la transparencia del proceso electoral en Venezuela, ciertamente.
Pero no mina la confianza de los ciudadanos venezolanos que están decididos a cambiar este régimen corrupto, que no solo ha destruido la economía del pais, sino que ha desintegrado la familia.
La falta de garantías y transparencia en un proceso electoral solo contribuye a socavar la frágil permanencia de Maduro en el poder.
Maduro no tienen base popular. Pierde contundente en todos los estratos de la vida nacional. La inmensa mayoría de los venezolanos quiere que se largue y nos deje en paz. Con eso basta y sobra.
Es imperativo que la gente entienda que el poder en estas elecciones presidenciales no lo tiene el CNE, sino la sociedad venezolana organizada y dispuesta a defender su voluntad.
Ojalá se restablezca la invitación a los observadores internacionales y se permita una supervisión independiente para asegurar que las elecciones presidenciales en Venezuela cumplan con los estándares democráticos internacionales.
Pero si no, de todas formas será la gente la que suplante esa necesaria observacion electoral como Dios manda.
La transparencia y la legitimidad de los comicios son fundamentales para preservar la paz y el respeto por la voluntad popular.
En conclusión, la revocatoria de la invitación a los observadores de la UE en las elecciones presidenciales de Venezuela plantea la urgencia que la gente se prepare para defender la credibilidad y transparencia del proceso electoral.
La comunidad internacional y los ciudadanos venezolanos deben estar atentos y exigir y defender un proceso electoral justo y transparente.