Un país sin luz y dirigentes sin luces; por Pedro Galvis / @pgalvisve
Marzo está por terminar han transcurrido un poco más de 3 meses, desde la emboscada electoral del 21 de noviembre, fecha en la que las cúpulas de dirección política nacional decidieron arrojar por un barranco a sus principales dirigentes políticos. Dejando sin gobernaciones o alcaldías a los opositores, es decir, la estrategia de recuperar y conservar espacios, fracasó. La actual dirigencia opositora no ha terminado de asumir a estas alturas que en Venezuela no existe un sistema de libertades que permita definir el actual como sistema democrático. Deben entender de una buena vez que sin libertad, no hay democracia.
En su lugar estos espacios fueron cedidos a unos tránsfugas que simulan ser de oposición, quienes muestran sus rostros sonrientes, mientras besan el anillo “rodilla en tierra”, a la usurpación y sus representantes. Aún así pretenden engañar a los ciudadanos aparentando representar a los ciudadanos que aspiramos el cambio del régimen criminal que arruinó al país y nos oprime a los venezolanos. Todo lo cual me hace preguntarme ¿a qué o a quienes hacen oposición?. Porque quienes se atribuyen nuestra representación, sólo se oponen a nuestro derecho a vivir mejor y ser libres. Hoy alcaldes y gobernadores postulados por partidos que desde hace años han ejercido el rol de dirección política de la oposición del país, muestran sus rostros y sonrisas, para hacernos pensar que todo está bien y que el país se está normalizando, pero lo cierto es que claudicaron para cohabitar con el régimen de naturaleza delictiva que nos oprime, su rol es apaciguar el espíritu y aspiración a ser libres, para finalmente tratar de lograr que el ciudadano renuncie a su derecho inalienable a ser libres.
Han transcurrido 130 días desde la farsa electoral de noviembre, y a pesar de los intentos por lavarle la cara a la usurpación, para dar una falsa percepción de normalización del país, sin embargo, hoy vemos cómo las fallas del suministro eléctrico en varias regiones de Venezuela se han agudizado. Los venezolanos debemos terminar de abrir los ojos y dar pasos firmes, para enfrentar la realidad. Desde el 21 de noviembre los venezolanos no contamos con alcaldes o gobernadores que representen las aspiraciones de la oposición. Venezuela está sin luz, por las constantes fallas del servicio, y los dirigentes que simulan representarnos no tienen luces para sacarnos del atrolladero, donde sus fracasos nos han conducido.
En Nuestra ciudad, Lechería no es diferente, aquí se combinan las fallas derivadas de la administración central, y las que se han surgido como consecuencia al desorden y violaciones a las normas de urbanismo, con el otorgamiento de licencias de funcionamientos a locales con necesidades de electricidad muy por encima del promedio y capacidad de la infraestructura disponible, lo cual origina la sobrecarga de los transformadores eléctricos de la ciudad, dejando sin servicio eléctrico constantemente a los ciudadanos de Lechería.
Frente a esta situación es evidente que los venezolanos requerimos una nueva dirigencia política, con propuestas de objetivos y estrategias, que sí entienda con precisión a qué nos enfrentamos, y en consecuencia plantee un nuevo plan, con los ciudadanos; una dirigencia que realmente esté enfocada a alcanzar una verdadera solución lo antes posible, para ello es imprescindible que la dirigencia recupere la legitimidad perdida y la confianza ciudadana, permita renovar la esperanza y las fuerzas para enfrentar los retos que enfrentamos.