A 102 de la muerte de Julián Temístocles Maza; Por: Omar González Moreno / @omargonzalez6
Crónicas de Anzoátegui
Hoy, 3 de noviembre, se cumplen 102 años del fallecimiento del notable erudito anzoatiguense Julián Temístocles Maza.
Es posible que miles de libros de la Biblioteca Central de Barcelona que lleva su nombre se pierdan.
Es posible que las autoridades se hagan las desentendidas ante los llamados de auxilio de quienes custodian ese tesoro de conocimientos.
Todo eso es posible. Pero que desaparezca el reconocimiento a este multifacético intelectual anzoatiguense en cuyo honor fue bautizada esa biblioteca eso no es posible.
La asombrosa y dilatada trayectoria de Julián Temístocles Maza le valió que no solo la Biblioteca Central de Barcelona lleve su nombre, sino también numerosas escuelas, liceos, plazas y otras instituciones.
Ciertamente Julián Temístocles Maza fue un erudito de gran valía, líder nato, generoso y bien formado en el campo de la educación, la ciencia jurídica, la cultura, la economía y la política.
Nació en Barcelona, estado Anzoátegui, en el año 1845. De niño fue a una escuelita de esta localidad y luego ingresó al prestigioso Colegio de Primera Categoría del Gran Estado de Bermúdez en Barcelona de donde egresó como bachiller en Filosofía.
Si lo tuviéramos que definir, tendríamos que decir que fue un hombre que salpicó con su talento toda la región.
Un día realizador de un plano topográfico de Barcelona, con motivo del centenario del nacimiento de Libertador Simón Bolívar; otro día el gran reformador de la administración del Puerto de Guanta o el maestro de escuela. Siempre con el más extraordinario sentido del deber.
Julián Temístocles Maza ocupó diversos e importantes cargos, tanto en la esfera pública como privada.
Fue director de las más importantes instituciones educativas del estado, secretario general de gobierno, gobernador, diputado y presidente del Tribunal Supremo de Justicia, entre otras responsabilidades.
Desde muy temprana edad se dedicó a la docencia. Fundó escuelas y liceos. Incluso ocupó el cargo de Director del referido Colegio de Primera Categoría del Gran Estado Bermúdez.
Desde 1891 ejerció con éxito la profesión de abogado y sembró la semilla de lo que más tarde sería el Colegio de Abogados.
Fue Secretario General de Gobierno del Estado Bermúdez durante la presidencia del General Pedro Vallenilla, con jurisdicción en los estados Sucre, Monagas y Anzoátegui.
En 1893 fue designado presidente del Consejo de Gobierno y Vicepresidente del estado. Fue diputado al Congreso Nacional y presidente de la Corte Suprema de Justicia de Anzoátegui.
Además, Julián Temístocles Maza, también fue Secretario General de Gobierno durante la administración del General Nicolás Rolando, el gran remodelador de Barcelona.
Después vinieron los años de persecución política y la cárcel en el Castillo de Puerto Cabello.
En 1916, Julián Temístocles Maza resultó electo Presidente del Colegio de Abogados de Barcelona, institución que ayudó a fundar en la época en la que otorgaba el título de Procurador Judicial.
Murió en su ciudad natal, Barcelona, el 3 de noviembre de 1920, hace hoy 102 años, a la edad de 75 años, rodeado del reconocimiento y respeto de la sociedad anzoatiguense.
Cuando uno piensa en Julián Temístocles Maza, prototipo del intelectual polifacético, con todo sus anhelos en la promoción de la educación, la ley y la cultura, inmortalizado en las paredes y techos derruidos de la biblioteca y unidades educativas que llevan su nombre, dan ganas de salir corriendo.
Dicen que en la Biblioteca Pública Central Julián Temístocles Maza de Barcelona, están a punto de perderse más de cien mil libros a causa de la humedad que se filtra como un veneno por las paredes y techos de este recinto que fue declarado patrimonio cultural del estado Anzoátegui.
Las actuales autoridades del ejecutivo regional, la alcaldía de Barcelona y la zona educativa no se ocupan en lo más mínimo de proteger ese tesoro cultural.
Están más interesados en montar espectáculos musicales y circenses de mal gusto que en preservar ese invaluable patrimonio.
Lo mismo sucede en las escuelas y liceos que llevan su nombre en Barcelona, Puerto La Cruz, Soledad y otras poblaciones del Estado.
Si estuviera vivo Julián Temístocles Maza seguramente diría: No hay derecho que cosas como estas sucedan. ¡De verdad que no hay derecho!.
¡Y tendría toda la razón!