El naufragio de un país; Por Omar González Moreno / @omargonzalez6
Voces de Libertad
Constantemente vemos noticias de venezolanos naufragando en la búsqueda del futuro que se les niega en su propio país; vemos la noticia de connacionales que intentan llegar a las costas de Trinidad y Tobago, de Aruba o Curazao, para encontrar allí el destino que le es vetado en su propia nación.
Hace unos pocos días un grupo de 25 venezolanos sucumbieron debajo de las aguas del Caribe; 4 de ellos perdieron la vida. Venezolanos de nuestros pueblos originarios del Delta Amacuro quienes regresaban de Trinidad.
Pero, ¿qué hacían de vuelta? Pues, no es extraño que los venezolanos terminen zozobrando en el intento de llegar a la isla y es extraño ver que suceda en dirección contraria.
Pues, estos ciudadanos integrantes de la comunidad Nabasanuka que pertenece al pueblo Warao, mantienen una constante ruta comercial entre el Delta y Trinidad, debido a que en la isla tienen un mercado cautivo para sus productos y artesanías.
Es decir, estos indígenaa ponen en riesgo su vida con tal de obtener un ingreso mediamente normal para sostener a sus familias. He aquí donde podemos ver el fracaso total y pleno del socialismo.
Nuestros aborígenes se van en un bote peñero en una ruta marina muy peligrosa, exponiendo su integridad para así lograr mantener una vida medianamente decente. Esta es la triste realidad.
Estos 4 venezolanos: Diana Zolimar Farrera de 25 años, Betsy Farrera de 27 años, Yorman Reinoza de 27 años y una pequeña niña de 4 años, son las nuevas víctimas de un socialismo que empuja a la sociedad a un nivel de desesperación tal, que nubla toda lógica y obliga al ciudadano a arriesgarlo todo para escapar de sus consecuencias.
¿Quién responde por la muerte de esos 4 venezolanos? ¿Quién responde por la integridad de esos 20 connacionales que se encuentran desaparecidos? Lo único que puedo decirles, es que el socialismo es el único culpable, y los socialistas del poder los únicos responsables de que estas tragedias se sigan materializando en nuestra amada nación.
Esa embarcación con 25 tripulantes, que partió la tarde del viernes desde Trinidad y Tobago rumbo al Bajo Delta, es un símbolo de la terrible realidad; es un simple botón que muestra la angustia y desespero que domina a nuestra población que tiene que hacer maromas para sobrevivir o tiene que irse para encontrar una vida mejor en otro país.
Son millones los que huyen del socialismo venezolano; y ya el mundo no se asombra por los balseros cubanos rumbo a Miami, sino por los migrantes venezolanos que cruzan hacia el sur de América caminando fronteras con un morral en la espalda, o que navegan en botes maltrechos por las aguas del Caribe.
Somos los nuevos balseros, las nuevas víctimas del marxismo. Y esto debe acabarse ahora.
Debemos luchar por la libertad de Venezuela y la única forma de hacerlo es bajo un liderazgo fuerte. Y el único capaz de afrontar ese reto, un liderazgo como el de María Corina Machado, así de sencillo. Punto.