La verdad se impone - Por Omar González Moreno / @omargonzalez6
No han pasado ni 72 horas desde que María Corina Machado le pidió a Juan Guaidó que se desmarcara de los cómplices de Maduro y ya la realidad le está dando la razón.
“No se puede conformar un verdadero pacto unitario para luchar por la liberación de Venezuela con traidores infiltrados por la misma organización criminal que pretendemos enfrentar”, le dijo la dama de hierro venezolana al presidente interino.
De inmediato, el corro de partisanos de mentira al servicio del G-4 en las redes sociales, descendió, como hambrientas aves de rapiña, a tratar de destrozar a picotazos a María Corina.
La revelación de la felonía cometida contra el pueblo de Venezuela por ese grupo de supuestos dirigentes de la oposición debe haber dejado silbando en la lomita a esos zamuros, buitres carroñeros que se aprovechan o intentan sacar provecho a costa del prestigio de una valiente y leal luchadora por la libertad.
Hoy, por la confesión de los implicados en la perfidia y las declaraciones de un ministro turco que hizo el papel de Celestina, se sabe que Henrique Capriles Radonski y Stalin González, dos conspicuos miembros del llamado G4, efectivamente estaban negociando desde hace tiempo con el régimen usurpador y, lo que es peor, es muy posible que hayan otros implicados en similar vileza.
La traición de estos Judas puso a todos de cabeza, o más bien, de pie ante Venezuela sobre quién o quiénes son los que luchan de verdad para sacar del poder al conglomerado de mafias que ha destruido a la nación, según se quiera mirar las cosas.
En lo que sí hay coincidencia, entre los analistas políticos macizos de sabiduría, es que Guaidó, como Presidente del gobierno interino, debió desbaratar esa conspiración desde hace tiempo y no dejar que le estallara en la cara, justo en este momento en que el régimen hace esfuerzos desesperados por impulsar el fraude electoral del próximo mes diciembre.
Mucho menos permitir que estos nuevos agentes al servicio de la usurpación se vanaglorien de haber conseguido mediante sus gestiones la liberación de 110 personas, lo que también deja haciendo pucheros a los aliados de la comunidad internacional, con los Estados Unidos a la cabeza, que han hecho llamados a la población venezolana para que no participe en esta nueva trampa electoral de Maduro.
Esta breve crónica, como otra cualquiera, no tiene la pretensión de resumir la conducta firme, coherente y correcta que ha tenido en esta lucha María Corina Machado y lo injusto de los ataques contra ella, en la ridiculez de apenas una docena de párrafos.
Es simplemente un repaso, con botas de siete leguas, de los últimos acontecimientos para que no sean pasados de alto los errores u omisiones cometidos en este conflicto y dejen de corregirse. Vienen más. Seguramente vienen más, y esto no es realismo mágico ni fantasía. Es más bien, como diría Alejo Carpentier, lo real maravilloso que está por venir.