San Richard Arteaga; por William Miquilena / @PeriodistaWM
19/09/2020.- Una vez Chávez preguntó en una alocución nacional que cómo se hacía para cambiar una fecha religiosa, manifestándolo con aquella fuerza tan poderosa pretendiendo dominar todo y hasta hacer milagros. Pareciera que algunos nuevos chavistas tocados por la influencia del comandante supremo están trabajando para una beatificación, especialmente en momentos que José Gregorio Hernández logró el visto bueno del Santo Padre. El diputado Richard Arteaga regresa a hacer campaña en el estado Anzoátegui, creyendo que la gente lo aprecia por lo que hizo en La Asamblea Nacional. Cree que por repartir bolsas de comida ya compró la conciencia de los votantes, bolsas por cierto que se quitan a los diputados regionales del PSUV para qué él haga proselitismo.
No anda como Cristo curando enfermos en algunos barrios seleccionados, pero con ese sistema de regalías se abre paso para posteriormente llamar a reuniones en donde a cada asistente se le obsequian 10 dólares, después de dar un discurso explicativo diciendo que no se vendió, sin justificar porque ahora no viaja a Caracas de cola, sino en tremenda camionetota. Mucho menos explicando quien le suministra las bolsas y dólares que regala, pasa al segundo tema el cual es el reclutamiento de testigos electorales, cuando anuncia que el día de las elecciones a los que participen en las mesas de votación se les darán 50 dólares al momento de entregar la copia de las actas, los presentes hacen fila para anotarse en esas funciones. Uno no sabe si Richard Arteaga conoce de historia de Venezuela, pero debe saber que el desgaste adeco comienza cuando los electores dejaron de vender su voto por unas laminas de zinc y unos bloques. Ya cansados que solamente aparecieran los dirigentes de elección en elección, cuando se marchaban comentaban que se ha creído este señor, ya no nos vuelve a engañar. Así sucede con el diputado en su circuito en Barcelona, la gente agarrara todas las bolsas y todos los dólares, pero no tiene ninguna garantía que votaran por él.
Ahora bien los que aplican esta política como el señor abogado Richard Arteaga no se habrá paseado por el escenario de la competencia en ese mundo comercial del voto, de tal manera que cuando el ofrezca 50 otros darán 70 dólares y listo. Y es que desafortunadamente para él, no tiene argumentos para conquistar el voto. Su falta de solidaridad es su principal característica, no atiende teléfono, la semana pasada asistió a un programa de radio en donde el locutor por muchas veces manifestaba que se le hacía imposible hablar con su amigo el diputado y este no le contestaba. Resulta que como está en campaña Arteaga lo buscó para que le hiciera una entrevista, y el periodista todavía convaleciente del Covid-19 se la hizo desde su propia casa. Aparte de eso, qué hizo por Barcelona o su barrio Guamachito en su tiempo de parlamentario.
Personalmente creo que votar por este señor es negar el sentido de la democracia, ya que el solo busca beneficios personales. De ser electo sería realmente un milagro, que lo llevaría posteriormente a gobernador y después a su beatificación como Santo.
William Miquilena
CNP 9192