La Inquisición Chavista; por: Omar González Moreno / @OmarGonzalez6
Hablando de la amenaza contra los miembros de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela, por haber publicado una investigación sobre el desarrollo del COVID-19 , se puede decir que el conocimiento científico en el país está de luto. El chavismo le declaró la guerra.
Todos los avances del saber no son nada para la Revolución del Siglo XXI. Ahora los científicos venezolanos corren el mismo riesgo que Isaac Newton por revelar la Ley de la gravedad o Galileo Galilei quien tuvo la osadía de decir que la tierra se movía alrededor del sol o de Charles Darwin que murió convencido de la evolución de las especies y que el hombre provenía del mono. Ahora ya nada importa.
Los organismos de seguridad del estado pueden aplicar la Operación Tun Tun en los hogares de los académicos venezolanos y llevárselos presos por advertir que es posible un aumento exponencial de la tasa de contagio del coronavirus en los próximos meses.
Eso es para que respeten y comprendan que aquí el único sabio, el único genio, fue y es el comandante eterno. El amado líder que a la manera de Dios proyectó hacer florecer los desiertos, construir una base aéreo espacial en Guasdualito, volver cristalina las aguas del rio Guaire, sembrar las azoteas de casas y edificios con cultivos organopónicos y gallineros verticales, regar el territorio nacional de fabricas de computadoras, cohetes, armas de todo tipo, aviones, carros, autobuses, bicicletas, neveras, guayucos, aires acondicionados, cementeras, centrales azucareros, construir un oleoducto desde Venezuela hasta la Patagonia, desarrollar el eje Orinoco-Apure, poner en funcionamiento trenes balas, levantar majestuosas ciudades socialistas, saraos y saraitos, superhospitales, decenas de nuevas universidades entre ellas la que iba a funcionar en el Palacio de Miraflores, puentes, metros, rutas de empanadas, parques eólicos y pare usted de contar. Así dicen que era el genio de Chávez y de su discípulo predilecto Nicolás Maduro. El primero jamás concibió una idea pequeña. El otro jamás concibió una idea. Así de poderosa es la inquisición socialista cubano-venezolana, capaz de inventar la alquimia que permitió transmutar al país más próspero de América Latina en el más miserable de todos.