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¿Está la corrupción de moda? por: Henry Cabello / @Henry_Cabello

¿Está la corrupción de moda? por: Henry Cabello / @Henry_Cabello

¿ESTÁ LA CORRUPCIÓN DE MODA?

Luce como si en todos los países del mundo, tanto en aquellos dominados por la bota socialista, como los pocos en los que predomina la democracia y la libertad, hubiera un problema común: la Corrupción. Con "c" mayúscula. En realidad se trata de un problema tan antiguo como la raza humana.

Cuando a un sapiens, hace 100 mil años, se le ocurrió convencer a otro para que aceptara cambiar una cabra por una gallina, se formó en la cadena de ADN el gen de la corrupción. Es como el gen del cáncer: hay que combatirlo porque si no hace estragos.

Y todos, de alguna manera, en algún momento, no solo nos hemos corrompido, sino que además lo hemos disfrutado. Desde el alumno que se copia en el examen hasta el profesor que vende por anticipado las preguntas del examen o que aplica la operación "colchón" tan conocida en los medios artísticos.

De estudiante solía "colearme", junto a mis compañeros, en los autobuses de color verde que hacían la ruta Chapellín-El Silencio. Los choferes se hacían los locos. Al fin y al cabo, cuando podían también se hacían los locos con el vuelto. O cuando les tocaba entregar las cuentas al supervisor. Aquellos buses no tenían torniquetes, así que nadie podía llevar la cuenta de cuantos pasajeros habían viajado. Claro solo recibía Bs. 2,50 semanales para mis gastos, incluidos los pasajes. De modo que si tenía que gastar Bs. 0,50 en cada viaje ida y vuelta, no me quedaba ni para un refresco (que costaba Bs. 0,25) ni para un toronto (Bs. 0,125 o una locha) y mucho menos para el matiné del sábado.

Naturalmente eso lo explica pero no lo justifica. Sin embargo, estoy absolutamente seguro de que cada uno de nosotros tiene alguna historia parecida que contar (o que esconder). El asunto se agrava cuando uno vive en un país donde el Estado es el propietario de todo y dónde el gobierno, en lugar de considerarse a sí mismo como un pulcro administrador de los bienes públicos, tiene la idea de ser el (transmutado en "Estado") el propietario de esos bienes.

Entonces los gobernados tienen que negociar a cada instante con el gobierno y el gen de la corrupción irrumpe con fuerza. Todos intentan robarse unos a otros de la manera más deportiva. Todos lo aceptan y lo toman como un hecho de la vida. Una condición vital de la que nadie puede escapar.

Pero sucede que de pronto la olla se destapa y cual caja de Pandora se desatan todos los demonios y todo el mundo estalla en imprecaciones y exigencias. Maldecimos a Guaidó y sus colegas, al Embalador mexicano que se roba un libro en una Biblioteca de Buenos Aires, al bodeguero que presiona su dedo sobre la balanza para que pese en exceso, al Guardia en la absurda Alcabala que nos exige "algo para los refrescos" (a Bs. 50 mil el litro) para permitirnos continuar el viaje y al funcionario que nos cobra una coima por tramitar un documento imprescindible. Todo esto sin olvidar a los diputados, Generales, ministros, presidente y sus respectivos subalternos y familiares.

¿SE PUEDE ELIMINAR LA CORRUPCIÓN?

Sí, claro que se puede. Creo que hay tres medidas que deben ser tomadas simultáneamente:

1.- Elevar los sueldos del funcionariado y garantizarles una carrera de por vida. De esa manera, lo pensarían mucho antes de corromperse porque pondrían en riesgo su propio modus vivendi.

2.- Aplicar una transparencia radical de todos los negocios y asuntos públicos. Los ciudadanos deberían poder enterarse de cuáles son los ingresos reales de todos y cada uno de los funcionarios, civiles o militares, al servicio del Estado. Las cuentas de todos los poderes públicos deberían ser de fácil acceso a cualquiera que desee investigarlas. Esto sería ni más ni menos que una auténtica contraloría social y ciudadana. El funcionario público tendría que entender que al asumir su cargo, sacrifica su vida privada y queda expuesto al escrutinio público. Esto no le importaría demasiado si se aplica con firmeza el primer punto.

3.- Crear leyes con castigos severos y ejemplares para los culpables de corrupción debidamente sentenciados por los tribunales. Esto implica, a la vez, lograr que el poder Judicial ofrezca una verdadera carrera de por vida, a los jueces que hayan sido seleccionados entre los mejores y más capacitados ciudadanos del país. Esto permitiría impedir, o al menos reducir al mínimo las sentencias trucadas.

Pienso en países como Singapur, fuertemente criticados y denunciados por supuestas violaciones a los DDHH por castigos a latigazos a los infractores de las leyes. Claro eso les molesta a los "progres". Pero los habitantes de Singapur, año tras año vuelven a votar por esas autoridades. Lograron conciliar las diferencias y rivalidades étnicas, disfrutan de uno de los más altos estándares de vida del mundo. Sus niños cada año obtienen los mejores puntajes en las pruebas "PISA" y sus educadores están entre los mejor pagados del mundo. En 50 años Singapur pasó de ser una olvidada isla, refugio de maleantes, narco-piratas y toda clase de alimañas, a ser una potencia mundial...y eso sin contar con prácticamente ninguna riqueza natural. ¡Ah! y el narcotráfico se paga con la pena de muerte. Pero si Ud., vive allá y no le gusta, está libre de irse cuando quiera. Es el efecto de la "Tolerancia Cero". ¿La Corrupción? Como el narcotráfico: pena de muerte.

No sé si el amable lector puede vivir con eso. Pero le garantizo que este escribidor sí que puede. Desafortunadamente, por razones de edad y del costo de los pasaportes en nuestro paraíso tropical, no puedo hacerlo aunque quisiera. Finalmente, nada me gustaría más que contestar negativamente a la pregunta del encabezado, pero todo indica que sí. De modo que le pido que responda Ud. mismo a la pregunta: ¿Está la corrupción de moda?

Por un foro de libertades y derechos; por: Pedro Corzo / @PedroCorzo43

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La pobreza como reto; Por Antonio Ledezma / @alcaldeledezma

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