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Un régimen dictatorial; por Henry Cabello / @henry_cabello

Un régimen dictatorial; por Henry Cabello / @henry_cabello

Una vez alguien cuestionó a DenXiaoping, el emergentelíder chino en 1962, que había estado tomando medidas muy capitalistas para enfrentar la desastrosa situación de su gran país, porque no se compadecían con las enseñanzas comunistas, a lo que el astuto dirigente respondió: “¿Qué importa el color del gato?, mientras cace ratones es un buen gato.” Y tenía toda la razón. Hoy China compite en pie de igualdad con las más poderosas naciones del planeta y ha sacado de la pobreza a varios cientos de millones de sus habitantes. Otro tanto ha sucedido en Rusia. El socialismo o el comunismo pueden lucir muy bonitos y justos en el librito, pero en la práctica han demostrado ser un estruendoso fracaso económico para quienes los han intentado aplicar.

Por eso uno no logra explicarse cómo es que todavía existan dirigentes en el mundo que se empeñen en continuar por ese camino a sabiendas que solo logran destruir la economía de sus países y de sus pueblos. Cuba es un claro ejemplo. Pero no hay duda de que Venezuela es el más claro. Los cubanos pudieron argumentar que su isla carecía de riquezas y que esas riquezas estaban controladas por unas pocas familias aristocráticas y por los gringos. Además, Fidel y su puñado de barbudos estaban luchando por derrocar una tiranía. Solo que una vez en el poder, en lugar de escoger la senda del desarrollo, el progreso y la libertad, decidieron aferrarse al credo comunista y comenzar a perseguir la propiedad privada destruyendo,a su paso, toda la capacidad productiva de aquel país.

En cambio Chávez insurgió contra un gobierno que, con todos sus desaciertos y errores, se estaba enrumbando hacia la solución de los problemas básicos nacionales. Ciertamente la igualdad de oportunidades continuaba siendo un desafío, particularmente para quienes vivían en las regiones más apartadas de los centros urbanos. Pero todos somos testigos de que nuestros pobladores más humildes tenían acceso a la educación y podían soñar con graduarse y ejercer una carrera técnica o profesional que les permitiera mejorar sensiblemente su destino. El propio Chávez es un ejemplo de ello.

Encima, contó con respaldo político, económico y popular. El mayor que gobernante alguno hubiera podido aspirar en toda Latinoamérica. Solo era cuestión de administrar, con probidad, inteligencia y eficiencia, los enormes recursos que tuvo a su disposición. Pero en lugar de eso, prefirió someterse a los designios de Castro y comenzó el masivo y perverso proceso de destrucción nacional. Su sucesor, con recursos fuertemente disminuidos, empeoró y agravó la situación, al punto de lograr un perfecto milagro económico al revés. Hoy los venezolanos enfrentamos la triste incertidumbre de un futuro negro y tenebroso.

Ya queda muy poco que destruir. Pareciera que el designio apunta a controlar las pocas empresas privadas que aún quedan y el sistema bancario y financiero. Nadie debe engañarse: todas esas maniobras sobre la gasolina, los subsidios y pensiones, con el fulano carnet de la patria, no son otra cosa que la profundización de los mecanismos de control social, político y económico. Puede que produzcan aversión y rechazo, pero a la postre la mayoría se somete. De eso se trata.

¿Saldremos de esta pesadilla? No lo dude, amigo lector. En la historia de la humanidad ningún régimen perverso y totalitario ha logrado mantenerse. Los rusos y los chinos, aun cuando en lo político siguen siendo comunistas, ya han abrazado el más abierto de los capitalismos. Y pronto llegarán las libertades. Simplemente porque capitalismo es sinónimo de libertad por mucho que las gallinas rojas cacareen lo contrario. No pierda usted la esperanza ni la fe, amigo lector. Estamos viendo los estertores de la agonía de un régimen dictatorial.

McCain, el heroísmo permanece; por Pedro Corzo / @PedroCorzo43

McCain, el heroísmo permanece; por Pedro Corzo / @PedroCorzo43

Error de cálculo; por: Rodolfo Mata

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