Maduro: la mentira patológica; por: José Angel Borrego
Reflexiones
Maduro: la mentira patológica
José Angel Borrego
Ayer Caracas quedó a oscuras y en su vorágine arrastró ciudades aledañas a la capital y otras no tanto. Los primeros voceros hablaron del asunto climático, incluido Jorge Rodríguez. Maduro andaba en lides partidistas y a su propia oscuridad hubo de acompañarla con la del corte de luz mientras compartía fantasías con los delegados del Congreso del PSUV. Montó en cólera, dicen, la cual no pudo arrastrar al ministro porque se trata de un general con quien en tándem histriónico quiso convencer al país de que se trató de un acto de saboteo. Dos cables de alta tensión los cuales el ministro no mostró pero anunció su inmediato reemplazo que sirvió de poco.
A los pocos minutos de haberse reconectado el servicio colapsó de nuevo explicado ello por gente que sabe lo que dice y no miente patológicamente como el ministro y su jefe: falta de mantenimiento. Ya antes habíamos escuchado a voceros de los trabajadores anunciar que eso sucedería porque no se realizaron los trabajos que usualmente se acometen en verano para evitar que las lluvias desentonen equipos y produzcan averías. No hubo prevención y las consecuencias se hacen notar en Caracas donde hasta ahora el gobierno había cuidado que no sucediera el caos que se observa en provincia. Este es el primer capítulo. Vendrán otros irremisiblemente.
Mientras tanto el Presidente, con rostro insondable y frases que intentan convocar a la solidaridad para con sus pesares, parlotea incesante e incansable e Interrumpe la programación de canales comerciales para insertar ristras de mentiras. Habla de un país que nadie ve por ningún resquicio. Dibuja pasados, presentes y futuros divorciados de la historia, de la debacle actual y de los pronósticos que recibimos desde todos los organismos que elaboran enjundiosos análisis. Cada día Maduro dice acercarse a la Venezuela Productiva y con sus quince motores deambula errático por despeñaderos que en veces él mismo reconoce, menciona y pregona abjurar.
Recientemente habló de las más de 700 empresas del Estado (cifra citada por él) que son un caos y ordenó a Tareck El Aissami ponerle orden a esa pea. Hace dos días, el lunes 30 de julio, insistió con el mismo ministro. Pero que sepamos nada se teje en esa dirección. Los trabajadores de Vencemos denuncian a través de medios televisivos que la planta de Pertigalete (e igual el resto, es obvio) no opera con normalidad porque los militares manejan corruptamente su proceso administrativo y desconocen absolutamente la técnica productiva. Pero ellos son intocables, dicen los dirigentes sindicales. Ellos son una mentira más del régimen de Nicolás Maduro.