Nuevamente las élites se devanan los sesos debatiendo sobre la rama de los árboles si es mejor dolarizar y reformar o no dolarizar y reformar.

No sabemos si el propósito de la propuesta fue usarla como un maravilloso trapo rojo sobre el cual cabalgar preguntas que son más importantes realizar al equipo económico y político del candidato Falcón. Pero si fue así, está teniendo éxito, cuando buena parte de los analistas dedican su tiempo y energía a debatir en los medios y en las redes la pertinencia o no de la medida y no ir al fondo.

El día después de dolarizar, o no hacerlo en una eventual victoria electoral, se encontrará el país con problemas que el equipo del candidato se resiste a tocar.

Hay veinticinco millones de pobres en este país, entre los cuales están varios millones de empleados públicos que deberán comprender las acciones que se tomen en su beneficio. Un aparato productivo en coma, por el acentuamiento de las políticas intervencionistas de estos últimos veinte años y como consecuencia un ánimo empresarial sin esperanza; un aparato estatal devastado por la corrupción y la ignorancia. ¿Estos sectores ya están dispuestos a apoyar algo que nadie ha planteado? ¿A repartir las cargas de los sacrificios que hay que hacer con equidad?

En este clima es difícil establecer prioridades, pero sin duda que lo primero debiera ser el restablecimiento de la confianza: para el pueblo que sufre, para los inversionistas nacionales y extranjeros, para los que van a refinanciar la deuda, para los que van a prestar, y esto sólo se logra diciendo la verdad.

Es a este país sin esperanza que un equipo que aspira al gobierno tiene que hablarle con la verdad. No es posible sostener las miles de empresas y servicios públicos, a las que van a tener que darles recursos escasos para su sostén si no se venden rápido, dolarizando o no. Y esto requiere consenso nacional para aprobar la legislación necesaria, para transferirlas al sector privado. ¿Está esta plataforma política considerando esto? ¿A entregar antes de las elecciones un plan a corto plazo de achicar el Estado, reducir su poder con la descentralización y explicarle al pueblo su conveniencia?

El país, el pueblo necesita aprender que hay otras opciones y es indispensable darle mensajes sobre políticas sensatas por más duras que parezcan. Ya su sufrimiento le ha enseñado que no existe camino fácil. Este debe ser el centro de los debates.

Por último, aún si ganara y tomara posesión, si no tiene esto claro y no cambia el estado con convicción, con dolarización o no fracasará y el pueblo será nuevamente burlado.

Yovany Rojas

@YovanyRojas