Nadie es dueño absoluto de la verdad; por: Henry M Cabello / @Henry_Cabello
Pero hay verdades que parecieran evidentes. Al menos, hasta el punto en que uno maneja información confiable. Por ejemplo, no hay dudas que el régimen dictatorial venezolano es repudiado por la enorme mayoría de los países del mundo: la Unión Europea, casi todos los países americanos y buena parte de Asia. Tampoco hay dudas que si el gobierno quisiera lavarse la cara, le bastaría no solo con permitir, sino con invitar expresamente a delegados de la Comisión Interamericana para los Derechos Humanos, a una delegación del Parlamento Europeo y a una delegación de la OEA, a venir a Venezuela, pero no como observadores pasivos e impotentes, en plan turístico, sino para que presenciaran y supervisaran el proceso electoral en todas sus fases. Con solo eso, le saldrían al paso a todas las críticas que se le hacen, aún cuando la mitad de la población se esté muriendo de hambre y de mengua.
Pero ya se sabe que no lo harán.
Otro ejemplo es el valor del dólar en el mercado venezolano. ¿Cómo se soluciona el actual despelote en las tasas de cambio? Simplemente eliminando el control de cambio y permitiendo que la divisa fluctúe de acuerdo con su valor real. ¿Por qué no lo hacen? Porque eso los dejaría desnudos ante el mundo y revelaría la magnitud del desastre que le han causado al país y a su pueblo. No es metiendo presos a quienes se ocupan de informar cómo se resuelve el problema. Y mucho menos cuando se recurre a tácticas delincuenciales (en las que son verdaderos expertos y aventajados alumnos del G2 cubano) para sentar ejemplos nefastos. Los culpables del despelote económico no están en Fedecámaras, ni en USA, ni en los portales con información cambiaria, ni mucho menos en la MUD. Están en Miraflores y es allí donde se puede comenzar a resolver el problema ¿O no?
Pero ya se sabe que no lo harán.
Por último, digan lo que digan, el triste espectáculo de gente hurgando en la basura buscando algo que comer, o de niños muriendo en los hospitales por desnutrición o por falta de medicinas, no es un invento mediático. No es una conspiración. Es una terrible realidad consecuencia del estúpido intento de destruir el aparato productivo para controlar toda la economía nacional. Eso ya pasó en la URSS y en China. Al cabo del tiempo y después de varios millones de cadáveres, esos países abandonaron semejante despropósito y comenzaron a reconvertirse al capitalismo. Hoy son superpotencias que amenazan con destronar el monopolio norteamericano. Es la verdadera y auténtica multipolaridad. Pero, precisamente por eso, parece poco probable que se dé una intervención humanitaria más allá de la mera declaradera de principios y amenazas. La suerte del país, así, está en manos de otros países. Los de aquí no somos más que meros peones en un ajedrez internacional: somos desechables. Hasta el día en que alguien se sienta realmente amenazado. Seguimos esperando por esa intervención.
Pero ya se sabe que no lo harán.
Henry M. Cabello.