De los creadores del vestido y las zapatillas, llegan los vaqueros de la venganza de Kim Kardashian y las tendencias de 2022
El mensaje oculto en los vaqueros de tiro bajo de Kim Kardashian no será para Julia Fox, pero sí para todos los pitillo y los leggings de moda.
Con información de Glamour
Bajo el título de Dante, aquella colección de Alexander McQueende 1996 implicaba el descenso a los infiernos del talle de los vaqueros. Como respuesta estética al minimalismo impecable de Gwyneth Paltrow o Carolyn Bessette Kennedy (ni una punta abierta, oye), el chico malo de la moda británica fue el primero en subir a la pasarela los pantalones caídos como solo se atrevían a llevarlos algunos raperos: dejando entrever la ropa interior, cuando no el vello púbico. En serio, si pensabas que no podían caer más bajo que en el álbum de fotos de Paris Hilton, revisa el look 54 de aquel desfile o los conciertos de Rage Against The Machine.
El diseñador elevó el concepto hasta alzarlo como la silueta estrella de los dosmiles. Se convirtió en el lugar de encuentro de Christina Aguilera y Britney Spears cuando la prensa sensacionalista se empeñaba en especular con su rivalidad. O en el uniforme oficial de la relación de Jamie Dornan y Keira Knightleytanto como la americana efecto piel lo había sido en la de Gwyneth y Brad. Aquellos vaqueros que tanto nos hicieron pasar frío en la zona lumbar (ay, esos "riñones") debían hacer enfadar a las madres. Pretendían oponerse, cual adolescente rebelde, a los mom jeans (literalmente, vaqueros de madre) de los 90, de la misma manera que en 2022 constituyen la respuesta de las tendencias a la comodidad en la que parecía haberse sumido nuestro armario tras el confinamiento. Tal y como los concibió McQueen, buscan la dirupción, la provocación, la molestia. Si no costara hacerse a la idea de volver a llevarlos, ya no serían tendencia.
Acusados de favorecer un canon de belleza irrealizable, los pantalones nunca tuvieron la culpa de que la sociedad idealizara la delgadez, el abdomen planísimo o la pelvis marcada con la misma devoción abnegada que profesaban los collages en la nevera de Bridget Jones. Ni siquiera podemos achacarles el furor por el piercing del ombligo o la preocupación por el muffin top. De lo primero también participó el crop top que lleva en la moda desde los 60 y en lo segundo tuvimos más que ver las revistas. Quizá lo más interesante del retorno del pantalón de tiro bajo en 2022 sea el reto que supone adaptarlos a la diversidad estética hacia la que se dirigen las marcas. Creeremos un poco más en ellos cuando los veamos, no solo en Anja Rubik, también en Paloma Elsesser en lo nuevo de Zara. Porque de momento, los vuelve a llevar la misma chica –Marissa Cooper– con otros nombres: Emily Ratajkowski, Bella Hadid, Lily Rose Depp...
Con las pasarelas y todo el casting de Euphoria a su favor, no parece que la generación milénica que los sufrió en los 2000 vaya a impedir el ascenso de los pantalones de talle indecentemente bajo. Aunque ganas no faltan. Y si no que le pregunten a Violeta Valdés que desde que abrió este melón en Instagram no ha dejado de recibir votos en contra. ¿Qué os tenemos dicho sobre los "yo nunca..."? Todas esas personas que reniegan ahora de los pantalones bajos de entonces son nuestras madres jurando que no volverían a los pantalones de campana de los 70. Y les ha dado tiempo a cambiar de opinión... Dos veces. Con todo, tampoco faltan firmes defensoras empezando por Kim Kardashian que, cuando se trata de levantar cejas, siempre se apunta la primera.