Trump asoma posibilidad de intervención militar dentro de Venezuela
El despliegue militar estadounidense en el Caribe subraya la seriedad de las intenciones de Washington
Con información del Nuevo Herald
El presidente Donald Trump dijo que su administración está considerando nuevas acciones militares contra los carteles de la droga que operan desde Venezuela, incluyendo operaciones “por tierra”, lo que genera preocupaciones sobre una posible escalada en las tensiones entre Washington y Caracas.
Las declaraciones se producen a los pocos días de que fuerzas estadounidenses atacaran varias embarcaciones que presuntamente transportaban narcóticos desde Venezuela hacia islas del Caribe con eventual rumbo hacia Europa y Estados Unidos. El Pentágono informó que esas operaciones destruyeron cuatro embarcaciones y dejaron un saldo de 17 muertos. Los ataques han alimentado la especulación de que una intervención militar más amplia en la nación sudamericana podría estar en el horizonte.
“Ahora vamos a mirar a los carteles”, dijo Trump el martes a periodistas en la Casa Blanca. “Vamos a ver muy seriamente a los carteles que vienen por tierra”. Añadió que desde que las fuerzas estadounidenses comenzaron a atacar barcos de narcotráfico, “no tenemos absolutamente ninguna droga entrando a nuestro país por mar, porque fueron letales”.
Los comentarios de Trump coinciden con recientes informes de prensa que sugieren que la administración está revisando planes para operaciones selectivas dentro de Venezuela. NBC News informó que entre las opciones en consideración se incluyen ataques con drones contra figuras del cartel y laboratorios clandestinos de droga. Aunque no se ha tomado una decisión final, funcionarios señalan que las acciones potenciales podrían comenzar “en cuestión de semanas”.
Las declaraciones de Trump llegan en medio de uno de los mayores despliegues militares de Estados Unidos en el Caribe en décadas. Buques de guerra, aviones de vigilancia, naves anfibias e incluso un submarino nuclear han sido apostados frente a la costa norte de Venezuela.
Aunque funcionarios estadounidenses insisten en que la misión se centra en la interdicción de drogas, críticos sostienen que también funciona como una demostración de fuerza contra el régimen socialista de Nicolás Maduro.
Washington lleva años acusando a Maduro y a altos funcionarios de su régimen de liderar el llamado Cartel de los Soles, una red supuestamente incrustada dentro de las fuerzas armadas y de los organismos de inteligencia de Venezuela abocada a traficar cocaína. La administración Trump ha calificado a Maduro como un “fugitivo de la justicia estadounidense” y lo ha acusado de narcoterrorismo.
“Venezuela ha sido muy peligrosa con las drogas y otras cosas”, dijo Trump el martes. Afirmó que desde los recientes ataques marítimos, “no hay botes, no hay barcos pesqueros, no hay nada”.
Maduro ha negado categóricamente las acusaciones. El lunes firmó un decreto activando un estado de emergencia en caso de agresión extranjera. Funcionarios venezolanos condenaron lo que describieron como amenazas de una “invasión imperialista” por parte de Estados Unidos, advirtiendo que una acción militar podría desestabilizar la región.
“Nuestro objetivo es garantizar que toda la nación, cada ciudadano, cuente con el apoyo y la protección de todas las fuerzas de la sociedad venezolana para responder a cualquier amenaza o ataque contra nuestro país”, dijo Maduro en un discurso televisado la semana pasada.
Según el Artículo 338 de la Constitución venezolana, una declaración de emergencia externa —o Declaración de Conmoción Externa— permite al gobierno suspender temporalmente ciertas garantías constitucionales, aunque derechos fundamentales como el derecho a la vida y la protección contra la tortura permanecen vigentes. La medida tiene validez de 90 días y puede prorrogarse una vez por otros 90 días. Debe ser aprobada por el Consejo de Ministros, remitida a la Asamblea Nacional y revisada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo dentro de los ocho días siguientes.
El despliegue militar estadounidense en el Caribe subraya la seriedad de las intenciones de Washington. Su núcleo es una Fuerza de Tareas Aeroterrestre de Infantería de Marina centrada en el buque de asalto anfibio USS Iwo Jima y dos transportes de la clase San Antonio. En conjunto, transportan a más de 2.000 marines entrenados para operaciones de respuesta rápida.
En total, aproximadamente 4,500 marines y marineros están desplegados, apoyados por un crucero, varios destructores y un submarino de ataque clase Los Ángeles equipado con más de 400 tubos de misiles capaces de realizar ataques de precisión. Diez cazas furtivos F-35 han sido estacionados en Puerto Rico, con la capacidad de neutralizar la envejecida flota venezolana de Sukhoi-30 y F-16.
Los marines estadounidenses han realizado ejercicios conjuntos en la isla, mientras que el secretario de Defensa, Peter Hegseth, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Daniel Caine, han realizado visitas de alto perfil.