Fundador de Blackwater visitó Venezuela
Prince adquirió notoriedad después de que empleados de Blackwater mataron a balazos a civiles iraquíes en la Plaza Nisur de Bagdad durante la guerra de Irak
Con información de AP
MIAMI (AP) — Erik Prince, el fundador de la controvertida firma de seguridad que solía llamarse Blackwater y donante importante a la campaña de Donald Trump, viajó a Caracas el mes pasado para reunirse en secreto con la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez, según varias personas al tanto de la visita.
Se desconoce si Prince, que en el pasado ha sido acusado de actuar extraoficialmente a nombre del gobierno de Trump y cuya hermana es la secretaria de Educación de Estados Unidos, Betsy DeVos, llevaba un mensaje de la Casa Blanca, que ha impuesto fuertes sanciones a Venezuela, prohibiéndoles a los estadounidenses realizar negocios con el gobierno socialista del presidente Nicolás Maduro.
Prince viajó a Caracas para la reunión con la vicepresidenta a fines de noviembre tras avisarle a las autoridades estadounidenses, dijo una persona enterada de la entrevista. Rodríguez, firme aliada de Maduro, es una de varias docenas de funcionarios venezolanos sancionados por Washington.
En una cena privada en casa de Rodríguez, se cree que Prince pidió la liberación de seis empleados de Citgo, una filial de Petróleos de Venezuela con sede en Houston, dijo la persona, que habló a condición de guardar el anonimato debido a lo delicado de la visita.
Dos semanas después, a los seis hombres _cinco de ellos con nacionalidad tanto venezolana como estadounidense_ se les concedió arresto domiciliario. Han estado detenidos más de dos años por cargos de malversación de fondos.
Otras dos personas también estaban enteradas de la reunión, pero no conocían bien de qué se habló. Una tercera persona dijo que la visita de Prince no tuvo nada que ver con el caso de Citgo.
Rodríguez no respondió a una solicitud de comentarios, ni tampoco su hermano, el ministro de Comunicaciones Jorge Rodríguez.
El portavoz Marc Cohen indicó que Prince no tenía nada que comentar.
El viaje deja entrever un cierto cambio de estrategia de Prince, que en meses anteriores había estado promocionando un plan para derrocar a Maduro, y genera interrogantes acerca de si la insistencia de Estados Unidos para que haya un cambio de régimen en Venezuela se ha modificado.
Elliot Abrams, enviado especial de Washington a Venezuela, dijo que Prince no representó al gobierno estadounidense en la reunión. Señaló también que no ha habido cambios en la política de Estados Unidos de oponerse a que Maduro siga siendo el presidente de Venezuela.
“Ni la reunión ni ninguna oferta que se haya hecho fueron efectuadas en nombre del gobierno de Estados Unidos, y hechas por ellos, esas ofertas parecerían violar las sanciones estadounidenses”, agregó Abrams.
Reiteró también el respaldo de Estados Unidos al líder opositor Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional _el Congreso controlado por la oposición_ y al que Estados Unidos considera presidente legítimo de Venezuela.
“Estados Unidos respalda totalmente a Juan Guaidó y espera que sea reelegido presidente de la Asamblea Nacional. Él es el líder de la oposición y el símbolo del cambio democrático para los venezolanos; encarna su lucha para restablecer la democracia a su país”, afirmó Abrams.
Prince, que ha hecho donativos importantes al Partido Republicano, ya ha sido acusado de trabajar en forma extraoficial para Trump. Cuando el ahora mandatario se preparaba para asumir el puesto en 2017, Prince se reunió con un funcionario cercano al presidente ruso Vladimir Putin en las Seychelles, un archipiélago ubicado frente a África oriental. En su informe acerca de su pesquisa sobre Rusia, el fiscal especial Robert Mueller dijo que esa reunión fue programada con anticipación y que Stephen Bannon, ex asesor de la Casa Blanca, estaba enterado.
Prince adquirió notoriedad después de que empleados de Blackwater mataron a balazos a civiles iraquíes en la Plaza Nisur de Bagdad durante la guerra de Irak, lo que dejó ver el papel de contratistas privados en los operativos militares estadounidenses en el extranjero.
Después del escándalo se modificó el nombre de la compañía y Prince vendió sus acciones a un fondo de inversión privado. En la actualidad, el ex SEAL de la Armada encabeza un fondo privado enfocado en inversiones en mercados frontera.