Gobiernos chavistas sembraron de obras inconclusas al estado Anzoátegui
Diferentes voceros atribuyeron la paralización de todas estas obras a la ineficiencia y corrupción
Con información de El Tiempo
¿A dónde irían los recursos aprobados para esa obra? Esa es la gran pregunta que se hacen habitantes del estado Anzoátegui cuando observan algunas de las tantas construcciones que inició el gobierno y que no culminó.
No sólo han quedado a medias varios de los proyectos emprendidos por el Ejecutivo nacional y regional, sino también los arrancados por las alcaldías de la zona norte de la entidad, que han estado a cargo de oficialistas (tres de cuatro en los últimos 10 años).
De acuerdo con estadísticas aportadas por diputados a la Asamblea Nacional (AN), el Colegio de Ingenieros en el estado (Cianz) y concejales de distintos municipios, en “Anzoátegui los gobiernos chavistas han dejado inconclusas al menos 66 obras importantes”.
Unas fueron anunciadas, iniciadas e inmediatamente paradas, mientras que otras quedaron casi listas. Las autoridades no reportaron por qué detuvieron los trabajos.
Freddy López, presidente del Cianz, indicó que esto es producto de la falta de planificación (técnica y financiera) y control en la ejecución de los planes, así como de la progresiva desprofesionalización de la administración pública y supuestas prácticas de corrupción.
Además han incrementado demasiado los costos de los materiales en medio de la crisis económica que vive el país. En los últimos años hemos visto muchas obras en las que se invirtieron miles de millones de bolívares, y en algunos casos dólares, que están inservibles, colapsadas, inconclusas o abandonadas. Muchas de ellas prometidas en fechas cercanas a procesos electorales”, señaló.
Proyectos inconclusos de transporte público
En materia de transporte, uno de los casos más emblemáticos es el Terminal Metropolitano José Antonio Anzoátegui, el cual está en fase de construcción, en la avenida Raúl Leoni de Barcelona. Fue prometido por el presidente de la República, Nicolás Maduro, en un acto público, tras la victoria oficialista en las elecciones municipales de 2013.
En febrero de 2014, el recién electo alcalde de la capital anzoatiguense, Guillermo Martínez, junto al entonces ministro de Transporte Acuático y Aéreo, Hebert García Plaza, anunció el inicio de la obra.
Ese día aseguró que la Presidencia le había aprobado mil millones de bolívares para la ejecución del recinto que, según el proyecto original, contaría con un estacionamiento para 150 carros y 250 autobuses (ofrecería 60 salidas diarias a diferentes destinos del país), un edificio central, espacios para locales comerciales, baños, salas de espera, áreas internas climatizadas, cajeros automáticos, librerías, entre otros servicios.
El diputado Richard Arteaga refirió que estaba prevista la edificación de un área para salas de cine, por lo cual todos los parlamentarios a la AN por Anzoátegui le dieron el visto bueno a los recursos para este moderno terminal.
“Dijeron que la obra terminaría en un año, pero no cumplieron. Actualmente está parada y presenta un avance como de 50%”, acotó el opositor.
El 22/2/2017 fue la última vez que un representante del gobierno nacional inspeccionó la construcción. En esa oportunidad, la revisión oficial estuvo a cargo de César Salazar Coll, quien era ministro de Obras Públicas.
Allí informó que se reiniciaría el plan con una inversión de 25 mil 900 millones de bolívares y prometió que lo culminarían en 11 meses. Actualmente está parado y el alcalde Luis José Marcano (Psuv) no se ha pronunciado al respecto en los últimos días.
“Aquí operó la corrupción, no había seguimiento a la ejecución de esta obra y todo ocurría con la complicidad tácita del gobierno”, denunció el dirigente de Primero Justicia.
Otro proyecto que buscaba fortalecer el turismo y el servicio de transporte en la entidad era la modernización del terminal de ferrys en Puerto La Cruz.
En 2013, el Gobierno nacional aprobó 51 millones de bolívares para obras en este lugar y al año siguiente se demolió la antigua estructura para darle luz verde a la construcción del nuevo recinto.
Meses después, se paró la ejecución de las instalaciones y los administradores de la estación marítima de pasajeros se vieron en la obligación de alquilar toldos y trailers para vender boletos hacia la Isla de Margarita.
“El terminal del ferry lo echaron al piso y fue tanto el desastre que hasta las oficinas de Bolipuertos y las salidas de pasajeros ahora son desde Guanta. Dijeron que en seis meses estaría lista la obra y todo fue mentira. Esto ha provocado que baje 70% el turismo, ni siquiera los puestos de empanadas tienen gente como antes”, expresó Luis Barrios, concejal de Sotillo.