Omar González: Corrupción de Maduro tiene picante mexicano
El diputado a la AN indicó que si producimos se caen decenas de negocios, agregó que “por eso es que en Miraflores priorizan la compra de alimentos y medicinas afuera”
Nota de Prensa
“Corrupción de Maduro tiene picante mexicano”, con esta frase el diputado a la Asamblea Nacional, Omar González Moreno, se unió a las denuncias nacionales, luego de saberse que la Procuraduría General de México desmanteló una red de empresas privadas mexicanas que vendían alimentos de baja calidad y sobreprecio al gobierno venezolano.
“La descomposición moral del régimen pasa y vence fronteras. Vemos que los tentáculos de los malos manejos económicos de Maduro y sus ministros son de inmensas proporciones”, aseveró.
El parlamentario precisó que el afán de ganar dinero fácil y de acumular fortunas a costillas del erario público ha llevado a los personeros del régimen a preferir la importación de alimentos que la producción nacional.
“Cuando un empresario del campo produce carne, leche, granos, maíz, o cualquier otro rubro impide que aquellos que están en sus cargos puedan hacer negocios afuera, en perjuicio de la economía nacional y en beneficio propio”.
El legislador aseveró que la pudrición de los negocios en torno a los Comités Local de Abastecimiento y Producción (Clap) no sólo afecta a los sobreventa de las cajas de alimentos en las comunidades populares sino que posee una raíz corrupta.
Insistió en ponderar las razones que motivan al régimen a optar por la importación antes que la producción.
“Si producimos se caen decenas de negocios. Por eso es que en Miraflores priorizan la compra de alimentos y medicinas afuera, simplemente el usufructo del poder en el Estado venezolano se convirtió en un emporio de corrupción y mafias”.
El parlamentario denunció que mientras Maduro hace negocio con el hambre de los venezolanos, los ciudadanos de a pie tienen dos alternativas, la primera es seguir recibiendo las bolsas de Clap con productos de pésima calidad que engordan las cuentas bancarias de los personeros del gobierno, o ir a los centros de expendio de alimentos y gastar 24,5 salarios mínimos para cubrir la canasta básica familiar.