“En Villa Rosa el pueblo le dijo a Maduro que se vaya”
El diputado Morel Rodríguez, afirma que el cacerolazo al presidente en Margarita es la reacción de una población cansada por la escasez, las colas y el alto costo de la vida
Niurka Franco
El diputado Morel Rodríguez hijo afirma que la población de Villa Rosa, en la zona oeste de Margarita, decidió hacer sonar sus cacerolas contra el presidente Maduro, para pedirle que se vaya al responsabilizarlo de la escasez, las colas, la inseguridad, el desempleo y el alto costo de la vida.
El parlamentario socialcristiano afirma que Nueva Esparta cayó en desgracia desde que Carlos Mata Figueroa asumió la gobernación, subrayando que de 2004 a 2012 la ocupación hotelera superaba el 90% de manera constante durante todo el año. “Durante la temporada vacacional que está finalizando la ocupación apenas si llegó 20”.
Refiere que el costo de vida en el estado insular se incrementó de manera súbita y que cada día se observa el empobrecimiento generalizado de la población que día tras día sobrevive en colas gigantescas para poder conseguir cualquier producto de la dieta básica.
“Ya el Puerto Libre que impulsó la generación de hasta 82 mil empleos en la isla desapareció y hoy vemos avenidas como la 4 de mayo, Santiago Mariño, o el bulevar Guevara, otrora sitios pujantes con tiendas muy concurridas que ofrecían un abanico de opciones al turista, con sus santamarías abajo y las que no con muy poca variedad en sus vitrinas”.
A su juicio, lo que ocurre en Margarita no s distinto a la realidad que se vive en el resto del país, por lo que no tardan en producirse situaciones similares, puesto que la población está cansada y ya perdió el miedo ante el irrespeto del cual ha sido víctima.
“El pueblo venezolano habló el 6 de diciembre, lo acaba de hacer el 1 de septiembre y ahora Villa Rosa se pronuncia diciéndole al presidente que se vaya, que no lo quieren, esa es la verdad de lo ocurrido”.
Recordó que si ha habido en Venezuela una población valiente que no aguanta vejámenes y humillaciones es la de Margarita, donde afirma hay sangre guaiquerí y el sentimiento de libertad en las venas. “Solo hay que echar un vistazo a la historia para tener claro que el pueblo de Nueva Esparta nunca se ha dejado pisotear y en esta oportunidad como en otras así lo hace saber”.