Inflación encendida mantiene apagada la Navidad
La mayoría de las familias anzoatiguenses se han visto obligadas a priorizar el gasto, de ahí que los regalos estarán limitados porque hasta un simple “detallito”, cuestan un ojo de la cara
La mayoría de las familias anzoatiguenses se han visto obligadas a priorizar el gasto, de ahí que los regalos estarán limitados porque hasta un simple “detallito”, cuestan un ojo de la cara
Niurka Franco
Hasta hace nada, la navidad estaba asociada a fiestas, gaitas, estrenos, reencuentros, regalos y unión familiar. Hoy el alto costo de la vida inclina hacia esta última opción, pues la crisis obliga a adecuarse al presupuesto y arroparse hasta donde la cobija alcance.
“Este año decidimos celebrar la noche buena en la playa, así nos despreocuparemos de protocolo,” comenta la enfermera Mercedes Moreno, quien admite que invirtió parte de sus utilidades en echar una mano al Niño Jesús, porque la carga era muy pesada.
“Somos cuatro hermanos cada uno con su familia y mi madre, así que acordamos alquilar una casita en Santa Cruz, estado Sucre para pasarla unidos, pero sin regalos, solo compartiendo una buena comida y la playita”.
Al comentario anterior se suma el de Carlos Marrero, quien asegura que en su familia es costumbre realizar un intercambio de regalos luego de la cena de navidad.
“Es la manera como hemos compartido siempre esta fecha especial y hasta ahora ha sido la forma ideal de pasar la noche buena. A las 12m colocamos el Niño Jesús en el nacimiento y de inmediato iniciamos el intercambio, pero este año todo está tan caro, que decidimos regalarnos chocolates. Estos también están costosos, pero accesibles”.
Y aunque la mayoría opta por regalos sencillos a la hora de demostrar afecto, Adrián Montesinos asegura que su novia se inclina por los perfumes, pero admite que éstos están tan caros que hay que pensarlo dos veces.
“Compré uno de 50 mililitros, después de recorrer cuatro centros comerciales, finalmente me salió en 6 mil bolívares y mi sueldo es de siete mil así que me quedé con mil bolívares pero los pagué gustoso, porque ellas se lo merece”.
En realidad, es una muestra de amor que no todos están en dispuestos a dar.“En el trabajo jugamos al amigo secreto y hasta ahora lo único que me ha regalado es caramelitos y uno que otro chocolate” , refiere Gabriela Moreno, quien se desempeña como cajera de una conocida franquicia. Asegura que ya compró el obsequio de su amigo secreto y se le fue la mitad de su quincena.
“Mi amigo es un muchacho y es fanático del Magallanes, le compré una franela de su equipo por 1800 bolívares, aunque me quedé pelando, lo importante es que sé que le gustará”, afirmó.
Vanessa Hernández, encargada de una tienda de regalos en el Centro Comercial Camino real asegura que ya no se puede hablar de “un detallito” porque cualquier obsequio implica una inversión como mínimo de 600 bolívares. “Aquí existe la ventaja de que los envolvemos con cariño y buen gusto, pero hasta las bolsitas están costando entre 100 y 140 bolívares”.
Destaca que entre los productos más vendidos están los monederos, relojes y bisutería en el caso de las damas, mientras para caballeros las gorras y franelas deportivas son una buena alternativa con mucha salida.
Venezolanos luchan por mantener viva la tradición navideña
Anzoatiguenses tratan de rendir los aguinaldos para cubrir el costo de unas fiestas que implica reencuentro familiar, con amigos y una percepción positiva por un futuro mejor
Anzoatiguenses tratan de rendir los aguinaldos para cubrir el costo de unas fiestas que implica reencuentro familiar, con amigos y una percepción positiva por un futuro mejor
Irina Figuera / Puerto La Cruz
@IrinaFiguera
En cualquier rincón venezolano se celebra la llegada de la navidad. Diciembre es sinónimo de alegría que se traduce en estrenos, regalos, brindis y deliciosos platos. Pero nos hemos preguntado ¿Qué tan costosa puede ser la tradición en tiempos de crisis?.
Como toda cultura venezolana, se busca “echar la casa por la ventana”, así el presupuesto quede “empeñado” en ropa, regalos y uno que otro ritual para atraer la prosperidad.
En los comercios del Casco Central de Puerto La Cruz, no se perciben ofertas. Las personas deben recurrir al acostumbrado regateo para comprar la prenda de vestir de su preferencia.
En las principales Boutiques de la zona norte se puede constatar la variedad de montos. Podemos toparnos con el costo de una camisa que sobrepasa la quincena de una persona que devenga el sueldo mínimo. Hasta de un vestido tipo coctel que cuesta dos salarios mínimos.
Esta realidad es casi la misma en centros comerciales, pues los precios ya no varían como antes dependiendo del sitio donde son adquiridos.
María Martínez, quien se encontraba en una reconocida zapatería de la zona, comentó que tuvo que reunir entre el bono y el aguinaldo para comprar la “pinta” de año nuevo por considerar que según la tradición, se debe estrenar para la fecha.
“Yo soy conservadora pese a la situación del país. No estrenaré el 24 pero síel 31. Reuní seis meses antes para comprarme mi estreno”.
En las vitrinas se exhiben prendas y zapatos para todos los gustos. Las sandalias de tacón formal oscilan en 2600 bolívares y unas zapatillas sin tacón tienen un costo de 800 a 1000 bolívares. Si comparamos estos precios con los del año pasado podemos observar un aumento de más del 200% de acuerdo al nivel inflacionario actual.
Por su parte Gílmer Delgado, padre de 4 hijos, todos adolescentes, explica que ya no se preocupa por la ropa de sus hijos, aunque si considera que el calzado para caballeros está muy caro. “Pregunté por un par de zapatos de caballeros y están en Bs. 4000 y Bs. 5500, mientras que los de damas están entre Bs. 1.500 y Bs. 2.500”.
En las tiendas de caballeros la realidad es más exorbitante, unos zapatos clásicos formales tienen un costo de 5500 bolívares, mientras un flux oscila entre15 mil y 25 mil bolívares dependiendo de la marca. Sin incluir la corbata, medias, camisa, camiseta que forman parte del atuendo formal.
Algunas féminas optan por las tiendas de alquiler de vestidos, estás presentan opciones atractivas en la forma de pago. Aunque no representen una moda en específico es la opción de quienes no poseen amplio presupuesto en sus bolsillos.
Entre más rellenitas, más caro
De unos años para acá las tiendas para personas con mayor peso han tomado auge. En los tres principales centros comerciales de la zona norte se encuentran estas boutiqueque ofrecen estilos actuales para quienes tienen unas libras de más. Este es el caso de la Tienda Curvas, ubicada en el Centro Comercial Regina de Puerto La Cruz, allí pueden ubicar desde vestidos formales, camisas tipo coctel y accesorios. Los costos son mayores, los clientes coinciden que por lo exclusividad y mayor tela en las piezas estas suelen ser costosas.
“Yo no encuentro ropa para mí en casi ningún lado. Y en navidad suelo hacer el gasto de todo un año. Dejaré mis utilidades pero no tengo otra opción”, dijo Carmen Cedeño, quien ubicaba un pantalón de su talla.
Buhoneros al ruedo
Aunque ciertas personas se niegan a comprar sus estrenos en la economía informal por algún prejuicio social, lo cierto es que más personas se han dirigido a los buhoneros para beneficiarse de las ofertas que muestran en sus tarantines y locales improvisados, pero con la sorpresa que estos presentan casi el mismo precio de una tienda en un centro comercial.
Hasta puntos de ventas para tarjetas de débito y crédito aceptan los buhoneros, para que los compradores no se cohíban en adquirir sus productos. La realidad de esta temporada es que sigue golpeado el bolsillo del venezolano en cuanto a adquirir bienes y servicios que en épocas pasadas, les eran fácil adquirir.
Vacíos están cochinitos navideños este año
En un recorrido el equipo del mercurioweb.com, evidenció el ingenio criollo en tiempos de crisis
En un recorrido el equipo del mercurioweb.com, evidenció el ingenio criollo en tiempos de crisis
Irina Figuera /Puerto La Cruz
@IrinaFiguera
En la época navideña, las alcancías en forma de cerdo son un emblema para esta fecha. Aunque en la lista clásica de tradiciones venezolanas figuran desde el pesebre hasta el árbol de navidad. No debemos olvidar la llegada de estas peculiares alcancías a los kioskos, tiendas, mercados y bodegas.
Empleados de diferentes abastos y tarantines de la zona norte del estado Anzoátegui desempolvaron el famoso “cochinito” para pedir mediante un mecanismo simpático el aguinaldo a sus clientes. Que en tiempos de inflación se ha convertido en una odisea.
Pese a lo agudizada de la tradición los anzoatiguenses coinciden en que ni para “ñapa” sobra, pues los excesivos gastos que realizan los dejan sin dinero para dar.
En tono jocoso la señora Rosa Ortiz, manifiesta que ya no se le puede dar mucho a estas alcancías, debido a que solo tienen para adquirir el producto “Ya ni para meterle al cochinito hay y si le doy algo son monedas. La situación nos puso así”, tras mencionar que debe ahorrar lo más posible.
En el bulevar capitalino, esta es una queja frecuente de los vendedores. Los cerditos de plásticos no se encuentran tan pesados como en años anteriores y, según comentarios, sólo depositan monedas y pocos billetes.
Antonio Sindas, dueño de una tienda de ropa femenina, dijo que para esta fecha recibían más aguinaldos que el año pasado. “El cochino estaba full, ahora no pesa nada. Los compradores sencillamente lo ven y se dan la vuelta”.
“¡Gracias! Le dieron de comer al cochinito”, es el coro que los trabajadores del “Gran abasto Juncal” de la jurisdicción porteña gritan al unísono, cada vez que un cliente echa dinero en la alcancía.
Betzaida Ramírez, habitante de la zona, comenta que con lo costosa que está la vida es imposible dar el remanente del gasto realizado.
“Antes uno daba el vuelto o parte del vuelto de la compra. Ya no podemos hacer eso es lamentable porque con eso podemos completar para otras cosas”, dijo.
La alcancía colocada en la tienda de ropa infantil donde trabaja Carolina Castillo, hasta tiene puesta una falda. A pesar de su coquetería no ha levantado casi propinas. “Este año será el peor y eso que a esta tienda viene mucha gente. Se está perdiendo esa tradición de dar aguinaldos”.
Otros manifiestan su desagrado ante la mala respuesta de algunos vendedores por no depositar el respectivo aguinaldo.
La hallaca pasó a ser un manjar de lujo
Comprar los ingredientes para el plato típico navideño implica un mes de salario, aún así persiste el lema de que “navidad sin hallacas, no es navidad”
Foto: archivo
Comprar los ingredientes para el plato típico navideño implica un mes de salario, aún así persiste el lema de que “navidad sin hallacas, no es navidad”
Irina Figuera /Puerto La Cruz
@IrinaFiguera
La hallaca representa lo más emblemático de la noche buena y año nuevo. Es el plato esencial que degusta el paladar del venezolano, es así como en cada región de la geografía nacional la elaboran según sus gustos y costumbres. Sin embargo cada día se dificulta más la adquisición de los ingredientes al momento de su preparación.
Para los anzoatiguenses preparar este plato no es tarea fácil, no solo por el trabajo que implica, sino por el incremento en los precios de los productos que se necesitan. Pese a esta situación la población coincide en decir que “navidad sin hallacas, no es navidad”.
Marcos Rojas, confesó que el dinero ha sido lo más difícil de reunir, y en segundo lugar los ingredientes. “Hay que recorrer diversos establecimientos porque no se consiguen todos en un mismo sitio. La harina pan es el producto que no ha dado más dolores de cabeza, se consiguen dos unidades por persona máximo y en mi familia hacemos 200 hallacas para repartir entre los allegados”.
Acotó que respecto al año pasado los precios están más elevados y debe ingeniárselas para rendir el presupuesto.
En un recorrido realizado por el Mercado Municipal de Puerto La Cruz, se pudo constatar que el kilo de hojas de plátano de costar 8 ó 9 bolívares el año pasado, esta temporada tiene un valor de 20 bolívares en adelante; el precio varía de acuerdo a la calidad de sus hojas.
En cuanto a las carnes hay alternativas, las res, de pollo son más económicas que las de cochino, éstas oscilan entre 180 y 200 bolívares, dependiendo del corte.
Según Desiree González, quien desde hace dos meses le ha tocado reunir los ingredientes para preparar 80-90 hallacas, considera que cuya inversión superará los 2000 mil bolívares. “Todo varia de precio La pechuga está más cara, 85 bolívares el kilo, los vegetales incomparables”
El pimentón a 60 bsf, el ajo 190 bsf (el criollo), cebolla 70 bsf el kilo. Otros productos como las pasas 160 bsf el kilo , el hilo pabilo 10 bsf , alcaparras 70 bsf.
En efecto, los compradores se quejan de la disparidad de los costos de las verduras y hortalizas, más aún en vísperas de navidad.
“Uno entiende que es temporada, pero no todos los días son diciembre y todos los días si se come” señaló Ana Mendoza habitante de Puerto La Cruz, quien se encontraba realizando las acostumbradas compras.
A pesar de ello los comerciantes, indicaron que las ventas hasta los momentos han estado “flojas" para la temporada, aunque esperan que mejoren al aproximarse la fecha.
Los usuarios indican que prefieren hacer el sacrificio ya que comprar las hallacas hechas sale más caro.