Sanción de Obama a funcionarios del chavismo ¿error o calculo?
Un reporte de la agencia alemana Deutsche Welle, analiza la amplación a las sanciones contra 7 funcionarios del gobierno de Venezuela, analistas divididos
Un reporte de la agencia alemana Deutsche Welle, analiza la amplación a las sanciones contra 7 funcionarios del gobierno de Venezuela, que divide la opinión de los analistas quienes la califican como un error, mientras otros como Realpolitik pura y dura
Con información de DW
Los analistas siguen sin entender del todo lo que Estados Unidos busca tras imponerle sanciones a siete altos funcionarios venezolanos. Para algunos, la medida es un error, y para otros, Realpolitik sin contemplaciones.
Quienes analizan las relaciones entre Estados Unidos y los países latinoamericanos y caribeños no terminan de resolver el acertijo que el presidente Barack Obama dejó en el aire a principios de semana. Varios días han pasado desde que la Casa Blanca le impuso sanciones a siete altos funcionarios venezolanos y los observadores siguen sin entender del todo el áspero tono de la declaración, los argumentos oreados para justificarla o el objetivo de la misma. “Por más que reflexiono sobre el asunto, no comprendo por qué Obama emitió ese decreto ejecutivo como lo hizo”, admite Peter Birle, del Instituto Ibero-Americano (IAI) de Berlín.
El lunes 9 de marzo, Obama afirmó que su país se hallaba en estado de “emergencia” debido a la “amenaza inusual y extraordinaria” que representaba para la seguridad nacional y la política exteriorde Estados Unidos la prevalencia de violaciones de derechos humanos y actos de corrupción administrativa en Venezuela. Washington manifestó inquietud por el empeño del Gobierno de Nicolás Maduro en “continuar amedrentando a sus opositores” y exigió nuevamente la liberación de “todos los presos políticos” detenidos arbitrariamente desde febrero de 2014, cuando comenzó la última ola de protestas antigubernamentales.
“La estrategia europea es la correcta”
Las sanciones en cuestión pesan sobre una fiscal que facilitó recientemente el arresto del Alcalde Mayor de Caracas, Antonio Ledezma, y sobre comandantes y exdirectores de las distintas fuerzas de seguridad nacionales. Las medidas contemplan la revocación de sus visas, el congelamiento de sus activos en Estados Unidos y la prohibición de toda transacción comercial entre los estadounidenses y los sancionados. “El hecho de que Obama torpedee su propia política exterior es algo que me sorprende. Las sanciones impuestas por la Casa Blanca son contraproducentes e incoherentes con su proceso de acercamiento a Cuba”, dice Birle.
“Washington busca reducir sus fricciones con La Habana y, en consecuencia, con los otros Gobiernos de América Latina y el Caribe; yo no puedo imaginar que le convenga caldear los ánimos en Venezuela justo cuando están por celebrarse elecciones parlamentarias allí. La Unión Europea dejó claro que está preocupada por el desarrollo de los sucesos en el país sudamericano y recomendó el diálogo entre las partes en discordia, pero no emitió sanción alguna. A mí me parece que la europea es la estrategia correcta, la más inteligente. Lo que la Casa Blanca debería hacer es alentar la mediación de la UNASUR en el conflicto venezolano”, acota Birle.
¿Por qué no fue sancionado Maduro?
El investigador de Berlín desestima el rumor sobre una presunta conexión entre Venezuela, Argentina, Uruguay y redes de extremistas al otro lado del Atlántico o la posibilidad de que las medidas punitivas contra altos funcionarios venezolanos busquen interrumpir indirectamente el flujo de terroristas hacia Estados Unidos. “Yo ya he escuchado ese tipo de especulaciones antes, pero éstas van demasiado lejos y no tengo acceso a información alguna que les dé respaldo. Insisto, no sé qué llevó a Washington a participar en el juego de provocaciones de Maduro. No parece que Obama esté siendo bien asesorado”, señala Birle.
Víctor Mijares, del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA) de Hamburgo, considera los hechos a la mano y propone una interpretación contraintuitiva. “Si la amenaza para Estados Unidos parte de las violaciones de los derechos humanos y del saqueo a la hacienda pública en Venezuela, ¿por qué no se sanciona a Maduro, que es jefe del Estado, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y, por lo tanto, responsable en esos ámbitos? Las sanciones selectivas no han golpeado ni siquiera a su entorno inmediato, sino a rivales o potenciales rivales políticos de Maduro en el seno del chavismo”, asegura el politólogo.
Realpolitik, pura y dura
En su ensayo Estabilizando a Maduro, publicado por el Instituto Baker de Políticas Públicas, un think tank independiente adscrito a la Universidad Rice de Houston, Mijares plantea que Washington está circunstancialmente interesado en fortalecer el liderazgo del mandatario venezolano, reduciendo el peso político de quienes pudieran hacerle sombra. “Estados Unidos tiene suficientes problemas con la crisis ruso-ucraniana, con el auge de ISIS y Boko Haram, con el programa nuclear iraní, con el apogeo económico de China… De ahí que un foco de inestabilidad adicional, esta vez en el hemisferio occidental, represente una verdadera amenaza para Washington”, explica el investigador del GIGA.
Según la hipótesis de Mijares, la estabilidad del continente americano pasa por la de Venezuela y, a los ojos de Estados Unidos, la manera más rápida y menos costosa políticamente de generar estabilidad en Venezuela es robusteciendo a aquella figura con mayores probabilidades de actuar como líder único. Esa figura es Nicolás Maduro. “El cálculo reza: las sanciones debilitarán al chavismo, consolidarán a Maduro y crearán estabilidad, aún a costa de la oposición y de la institucionalidad democrática en Venezuela. Después de todo, la política exterior de Estados Unidos suele basarse en evaluaciones de la realidad que no necesariamente coinciden con valores democráticos”, agrega el especialista.
Estabilidad a toda costa
“Las sanciones de Washington hacen que Maduro luzca como la única tabla de salvación de los funcionarios castigados. Éstos ya no pueden ver a Maduro como un adversario en la carrera por el acaparamiento del poder político porque están obligados a percibirlo como su protector. De hecho, uno de los sancionados fue elegido Ministro de Interior y Justicia un día después del pronunciamiento de la Casa Blanca. Maduro se está convirtiendo poco a poco en el líder indiscutible del chavismo y eso genera el nivel de estabilidad política en Venezuela que Estados Unidos necesita”, propone Mijares.
“Muchos de quienes militan en el chavismo o albergan prejuicios antiestadounidenses que datan de los tiempos de la Guerra Fríacreen que Washington planea invadir a Venezuela para darle una estocada final a la 'revolución bolivariana'. Esa interpretación de los acontecimientos descansa sobre supuestos falsos. Pero los demócratas latinoamericanos –sobre todo los opositores venezolanos– también se dejan encandilar por el dogma de que Estados Unidoses su aliado natural, de que siempre tendrán intereses comunes por razones ideológicas. Pero eso también es falso. En este instante, Washington actúa tácticamente”, apunta el analista del GIGA.
“Estados Unidos mantuvo su distancia de cara a Sudamérica porque la red tejida por la UNASUR y su gran auspiciante, Brasil, había propiciado cierto grado de estabilidad en la región. Pero Washington sabe que la oposición venezolana ha comenzado a cuestionar la imparcialidad de la UNASUR”, dice Mijares, coincidiendo con Birle en que la organización ha perdido estima en Caracas. “Ahora la Casa Blanca teme que, a falta de arbitraje, la dramática situación política, económica y social de Venezuela quede fuera de control. A mi juicio, Washington quiere que el chavismo colapse de manera controlada, sin levantar mucho polvo, y cree que eso lo puede conseguir –aunque sin garantía de éxito– haciendo lo que hizo esta semana”, añade Mijares.
El "Dios proveerá" de Maduro versus la "familia fuerte" de Obama
Un día antes de la comparecencia del presidente Nicolás Maduro, el mandatario estadounidense también lo hacía ante el parlamento. Aquí contrastamos ambas intervenciones.
Un día antes de la comparecencia del presidente Nicolás Maduro, el mandatario estadounidense también lo hacía ante el parlamento. Aquí contrastamos ambas intervenciones.
Redacciòn.
El sacrificio de Isaac, el pasaje bíblico en que el cordero aparece justo cuando Abraham se dispone a inmolar a su hijo, guiará en adelante el manejo la economía en crisis, encomendada a una fuerza divina en el discurso ante la Asamblea Nacional (AN): el gobierno espera la aparición de las divisas que demanda el país. “Dios proveerá” resultó la frase más popular de las dos horas y 52 minutos de cadena del presidente Nicolás Maduro.
Con ello contrasta la imagen que prefirió dejar un día antes el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su comparecencia de una hora ante el Congreso: la de un país visto como una “familia fuerte y muy unida que va a superar momentos difíciles”. Lo hizo a través de la historia de Rebekah y Ben Erler, padres jóvenes que sacrificaron su comodidad para enfrentar la crisis económica que inició en 2008.
Carcajadas en el hemiciclo
Obama, demócrata, no solo mantuvo la serenidad ante la mayoría republicana que rió a carcajadas cuando pidió levantar el embargo a Cuba, sino que invocó la unión y la decencia en el mismo foro que encarna su descalabro político: “Si vamos a tener discusiones, discutamos. Pero estemos a la altura de esta cámara y de este país”.
De la alocución de Maduro se recordará una introducción que lucía como un mea culpa. Se le vio admitir un decrecimiento económico del 2,8% y una inflación por encima del 64%. Pero inmediatamente ubicó a los culpables habituales: los burgueses, la derecha, los conspiradores. Y fue el presidente quien despertó las pitas homofóbicas de la bancada oficialista rugiendo que un líder opositor –Henrique Capriles– le preguntó “si trajo leche” de su gira internacional.
El olivo y el fusil
A mitad de su rendición de cuentas, Maduro mostró un video editado y musicalizado con voces atribuidas a los militares retirados Iván Carratú Molina y José Gámez Bustamante, presuntos instigadores de saqueos en las colas.
Apeló entonces a una advertencia similar a la del líder palestino Yasser Arafat ante las Naciones Unidas en 1974: “Traigo en una mano la rama de olivo y en la otra el fusil. No dejen que la rama de olivo caiga”, pronunció el nacionalista. “Tiendo la mano al trabajo y pongo un puño para aplicar todo el peso de la ley”, avisó Maduro, dando pie a interpretaciones como una próxima escalada de represión judicial.
El mandatario estadounidense también se dirigió a sus adversarios, pidiéndoles apartar los “temores más elementales”, debatir sin satanizarse el uno al otro, evitar “metidas de pata insustanciales, errores triviales o falsas controversias”: solo olivo y ningún fusil.
Cómo tratar a los empresarios
Las modificaciones cambiarias y el inminente aumento de la gasolina no fueron medidas anuncios tan aplaudidas como el aumento salarial del 15% y el ataque a los mayoristas por el presunto acaparamiento de productos. Maduro enmarcó ambas decisiones en una ofensiva contra la burguesía criminal y las mafias que roban la canasta básica al pueblo.
Si en algo coincidió con Obama, fue en la necesidad de proteger a los vulnerables. En el caso norteamericano, el verbo se volcó a la ayuda que precisan las familias trabajadoras “para llegar a fin de mes sin dificultades”. Las propuestas fueron aumentar impuestos a los ricos y los bancos y mayor dureza contra las empresas que pagan montos menores al salario mínimo y no respetan la equidad de género. Todas, sin recurrir a jerga bélica ni descalificaciones.
En perfecto espanglish
“¡Esooo, presidente!”, gritó alguna diputada desde su curul. Distendió el ambiente la pronunciación de “Google Earth” de Maduro, que aseguró haber visto manchas “como de lechina” sobre el mapa de Estados Unidos, supuesta consecuencia de la fracturación hidráulica para extraer petróleo.
El jefe de Estado vapuleó por hartos minutos al imperio yanqui. “Imagínense ustedes si Estados Unidos controlara a Venezuela nuevamente y le pusiera la mano a la más grande reserva petrolífera del mundo”, elucubró. Obama, al distraerse de la política doméstica, dio prioridad a las nuevas relaciones con Cuba, con lo cual queda rezagado el antiimperialismo.
Los contrastes
Maduro fue enfático y mostró su falta de disposición al diálogo, Obama apeló a la conciliación, llama a la concordia y unión como fórmula para seguir creciendo.
Obama en el discurso del "Estado de la Unión" afirmó: " En este momento, con una economía en crecimiento, una disminución de los déficits, una industria desbordante y una producción energética en auge, hemos salido de la recesión con más libertad para escribir nuestro propio futuro que cualquier otra nación en la Tierra. Ahora depende de nosotros elegir quiénes queremos ser en los próximos quince años y en las décadas venideras".
Cuando Obama recibió el primer gobierno encontró prácticamente en quiebra a los Estados Unidos. Acababa de estallar la crisis de la "Burbuja Inmobiliaria" que se llevó a los más importantes Bancos de Inversión y a las ensambladoras de vehículos Ford, General Motors Y Chrysler. El Tesoro Federal rescató a las ensambladoras de vehículos citadas, comprando la mayoría de sus acciones para evitar su quiebra. Influyó para que los Bancos americanos que no fueron alcanzados por la crisis capitalizaran los que fueron afectados. Aplicó recortes al Presupuesto Federal para ajustar los Gastos al tamaño de los Ingresos. Esto sin dejar de ocuparse de proporcionar seguro médico y otras medidas sociales a los sectores pobres de la población. Obama Tuvo la inteligencia, el sentido común y el valor de tomar las medidas duras y necesarias que reclamaban las circunstancias, por eso pudo dar a su país un discurso lleno de esperanza y fe en el futuro.
En contraste, Maduro al tomar el gobierno luego de la muerte de Chávez, cuando ya se advertían los efectos de sus decisiones equivocadas, como gastar sin ningún control mucho más de lo que ingresaba al gobierno por las exportaciones de petróleo e impuestos. Ordenando al Banco Central imprimir dinero sin respaldo para financiar ese gasto desenfrenado. La regaladera de petróleo a Cuba y Petrocaribe. Las expropiaciones y acoso a las empresas. La impunidad de la corrupción. Políticas y decisiones que llevaban al alza a la inflación y escasez. En lugar de rectificar estas políticas, de aprovechar su oportunidad al inicio de su gobierno para cambiar el rumbo del país, de asesorarse bien, de reflexionar con sentido común, de convocar la colaboración de todos los sectores del país, haciendo uso de su libre albedrío, tomó la decisión equivocada de continuar el mismo camino de Chávez que estaba llevado al país a una altísima inflación, escasez, desempleo y penurias.
En su discurso de Memoria y Cuenta vimos un Maduro melancólico, culpando a terceros de la situación del país, que si la "guerra económica", el "ataque del imperio", las "guarimbas". Al pueblo venezolano le resulta difícil creer que después de 15 años de la revolución en el gobierno ellos no tengan ninguna responsabilidad en la crisis en que se encuentra el país. Al contrario, Maduro tuvo la oportunidad de rectificar, de corregir el rumbo del país, si hubiera hecho las decisiones oportunamente, estuviéramos en una mejor condición para afrontar esta crisis. Ahora la responsabilidad de las penurias que sufrimos hoy los venezolanos es principalmente de él como jefe de Estado.
Obama firmó: Estados Unidos sanciona a funcionarios maduristas
Un día después de cambiar por completo sus relaciones con Cuba, la administración de Barack Obama da una muestra de desaprobación a la actuación del gobierno de Nicolás Maduro
Foto: Archivo
Un día después de cambiar por completo sus relaciones con Cuba, la administración de Barack Obama da una muestra de desaprobación a la actuación del gobierno de Nicolás Maduro
Salvador Passalacqua
@spassalacqua
La firma puso fin a la expectativa. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, finalmente dio luz verde a las sanciones aprobadas por el Congreso contra funcionarios venezolanos acusados de violar derechos humanos, informaron agencias internacionales.
Las medidas responden a las órdenes de reprimir violentamente las protestas que se dieron entre febrero y mayo en el país. La ley dispone la congelación de activos y la negación de visados a miembros del gobierno de Nicolás Maduro.
El mandatario venezolano intentó más de una vez vender la idea de que las sanciones afectarían al país e incluso convocó a una marcha para reprobar la actuación del "imperio" el pasado lunes, dejando a su discurso como el último vestigio del antiimperialismo en la región, pues la administración de Obama promovió un acercamiento con Cuba, su némesis.
Tres horas antes de la firma, los medios oficiales promocionaban una declaración de Maduro en la que calificaba el gesto de Obama como una "valiente rectificación histórica" con el régimen castrista. Pero nada contuvo el avance de las sanciones.
En julio, el Departamento de Estado había dado un primer paso suspendiendo las visas a 24 funcionarios. “Agarren su visa y se la meten por donde tengan que metérsela, yanquis insolentes”, rugió Maduro el lunes en la avenida Bolívar de Caracas.