La basura decora adyacencias del Hospital Luis Razetti de Barcelona
Usuarios del principal nosocomio del estado afirman que ha mejorado la seguridad, no así la dotación de medicamentos e insumos, mientras la basura gana espacios
Niurka Franco
En el hospital Universitario Luis Razetti de Barcelona los problemas abundan, tanto que no se resuelve uno cuando surgen otros, convirtiendo la situación del principal nosocomio del estado en un monstruo de mil cabezas.
La basura que rodea el principal hospital del estado es uno de los tantos problemas que padece y al igual que otros, amerita de la participación de todos quienes hacen uso del centro.
“No basta con que haya mucha gente limpiando, también es importante que haya conciencia a la hora de tirar un papel o una lata”, refiere una joven mujer que sentada en el piso, cerca del estacionamiento, esperaba a que le informaran sobre el estado de su esposo, lesionado por accidente de tránsito.
Y es que aun cuando han sido instalados depósitos para basura en distintos puntos de la edificación, hay más desechos por fuera que dentro de ellos, lo que no sólo afea la instalación hospitalaria, sino que golpea la autoestima de quienes acuden al lugar en busca de asistencia médica.
Disminuyen incidentes por inseguridad
Durante el pasado mes de abril, médicos, estudiantes y trabajadores iniciaron acciones de protesta ante reiterados robos y hurtos tanto en el recinto hospitalario, como fuera de él.
Jesús Laucho, presidente de la sociedad de médicos internos y residentes jugó un rol importante en las acciones adelantadas. Fue el encargado de presentar un documento en el que los galenos plantearon mejoras al sistema de seguridad interno que incluía el cierre de accesos y el establecimiento de un horario de visitas con obligatorio cumplimiento, entre otras.
Tras reuniones con representantes del Legislativo y la puesta en práctica de algunas medidas, entre ellas la carnetización, el cierre de algunos de los 14 accesos y el incremento de la vigilancia, se avanzó en materia de seguridad.
“Durante esta semana me ha tocado quedarme en el hospital, porque tengo a mi mamá con un problema renal y he tenido que salir, incluso en la noche para comprar medicamentos que aquí no hay y he visto mucha vigilancia, gracias a Dios no he tenido problemas”, comentó Hecmary Castillo, mientras esperaba que concluyera la revista médica, para volver con su familiar.
Dotación es fundamental
Y aunque en materia de seguridad el trabajo mancomunado parece estar rindiendo frutos, no así lo que respecta a la dotación de medicamentos e insumos, los cuales deben ser comprados por familiares de los pacientes, independientemente de su condición socioeconómica.
Janet Cuibas, secretaria general del Sindicato de Trabajadores de la Salud del estado, afirma que hasta ahora no se ha visto el queso a la tostada en lo que respecta al denomianado Sistema Integral para el Acceso a los Medicamentos (Siamed) , puesto en marcha desde el pasado mes de abril.
A su juicio, se trata de un mero control y estima que no se justifica que en un país en crisis, donde la familia apenas puede comprar alimentos con un salario mínimo y una inflación desmedida, ante una contingencia de salud, deba asumir todos los gastos médicos porque los hospitales carecen de todo.
“El Siamed supuestamente fue creado para ir contra la guerra económica según el discurso oficial, pero resulta que ni siquiera existe la dotación para atender pacientes con enfermedades crónicas, entonces quién tiene la guerra?”.
Familiares de pacientes afirman que han tenido que vivir verdaderos víacrucis al tener que deambular por farmacias de Barcelona y Puerto La Cruz, intentando encontrar bolsas para pacientes con colostomía, sondas, gasa y hasta agua oxigenada.
“En realidad los médicos son amables y tratan de ayudar pero si las cosas que necesitan no están, hay que salir a buscarlas, porque uno es el interesado”, comentó una joven cuya madre estaba en espera para ser pasada a hospitalización.