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Bajo asedio; Por Omar González Moreno / @omargonzalez6

Mar de Fondo

Desde anoche, la embajada Argentina en Caracas, ahora bajo la protección de Brasil, enfrenta un nuevo y fuerte asedio por parte de efectivos de la policía del régimen de Nicolás Maduro.

En esta sede diplomatica nos encontramos asilados seis miembros del equipo de campaña de Edmundo González y María Corina Machado, resguardando no solo nuestras vidas, sino también el ideal de libertad y democracia que anhela el pueblo venezolano.

Agentes fuertemente armados y con los rostros cubiertos con pasamontañas rodearon la Embajada, le cortaron el servicio eléctrico, bloquearon las señales de comunicacion y sobrevuelan constantemente instalaciones con drones.

Esta situación alarmante pone de relieve el irrespeto a las normas que regulan las relaciones internacionales, los convenios sobre asilos diplomáticos, los derechos humanos de los perseguidos politicos y la creciente represión que vivimos quienes disentimos de un régimen que pretende mantenerse en el poder por la fuerza.

La comunidad internacional observa con preocupación esta grave situacion, mientras quienes nos encontramos refugiados en el interior de la Embajada Argentina representada por Brasil seguimos en la mira telescópica de los verdugos de Maduro.

El asedio no solo representa un riesgo físico, sino también un símbolo de la lucha de todos aquellos que anhelan un cambio en Venezuela.

En un entorno donde la disidencia busca ser silenciada a cualquier precio, la resistencia de quienes nos encontramos en esta situación de asilados en una sede diplomática en nuestro propio país, se ha convertido en un faro de esperanza para muchos.

Nuestra posicion sirve como una especie de recordatorio que la lucha por la libertad y la justicia no conoce fronteras.

Es un momento crucial para la solidaridad internacional.

Los gobiernos, organizaciones y ciudadanos de todo el mundo estan alzando sus voces y exigen el cese de esta persecución.

Cada llamado a la justicia y cada gesto de apoyo pueden marcar la diferencia en la defensa de quienes se atreven a soñar con un mejor futuro.

La embajada Argentina, bajo la protección de Brasil, en estos momentos difíciles, se erige como un bastión de dignidad.

Es un recordatorio de que, incluso en los tiempos más oscuros, la esperanza y la resistencia pueden brillar con fuerza.

No se puede permitir que el silencio sea la respuesta ante abusos de este tipo.

Todos somos responsables de alzar nuestras voces por la libertad de los venezolanos que, arriesgándolo todo, luchan por un Venezuela libre y soberana.