Exilio y Creación; por Pedro Corzo / @pedrocorzo43
Desgraciadamente el exilio político cubano no ha logrado concretar su máxima aspiración, destruir el régimen totalitario que impera en la Isla, sin embargo, como afirmó el escritor José Antonio Albertini en una conferencia sobre personalidades del destierro, los exiliados cubanos y sus legados, son un referente de progreso y creatividad, a tener en cuenta en la Cuba de mañana.
No podemos pasar por alto el elevado número de académicos que aportan su talento en Universidades estadounidenses y de otros países. Es prácticamente imposible nombrar una profesión, oficio o desarrollo empresarial en la que no participé un cubano, aun mas, individuos que en la Isla padecían una horrible miseria, cuando arriban a este país u otro donde concurren las libertades, son capaces de forjarse un futuro, demostrando así, que el castrismo además de violar sus derechos, los obliga a vivir en la miseria por lo inviable del sistema.
Soy un ferviente admirador de lo que han hecho los cubanos fuera de la Isla, sin dejar de luchar contra el régimen que los llevó al destierro, cierto que no han faltado ovejas negras, pero también es verdad que la presencia cubana desde 1959 a la fecha ha contribuido seriamente, sin desconocer la contribución de exiliados de otros países, al crecimiento y desarrollo de esta región del país.
Un ejemplo notable es la obra de vida de Esperanza Bravo de Varona, recientemente fallecida, una mujer cuya cordialidad y buen trato competia con su eficiencia.
El legado de Esperanza y su equipo integrado por damas de igual talante, Ana Rosa Núñez, Lesbia Orta Varona, Rosa Abella y Gladys Gómez de Rosie y varias personas más, consiste en la creación de la Colección de Herencia Cubana de la Universidad de Miami, un registro del repertorio más grande de documentos relacionados con Cuba fuera de su territorio, con el agregado de que ese archivo contiene, sino toda, la mayoría de las obras del exilio, creaciones que el totalitarismo rechaza por su naturaleza excluyente.
Muchas son las disciplinas que han contado con el aporte de los isleños, siendo el periodismo una de ellas, destacándose entre otros Carlos Alberto Montaner, Ricardo Brown, Roberto Rodríguez Tejera y Agustín Acosta. La investigación es otra actividad en la que Enrique Ros y Juan Clark marcaron pautas sin olvidar el gigantesco esfuerzo de solidaridad humana del Miami Medical Team donde el admirado doctor Manuel Alzugaray, formó un equipo donde curó combatientes en Angola, Nicaragua y el lejano Afganistán.
No hay campo de la creación intelectual que los exiliados cubanos no hayan incursionado, siendo la muestra más reciente la película “Plantadas” de Lilo y Camilo Vilaplana, un excelente film que no hubiera sido posible sin el compromiso que asumió Reinol Rodríguez, un destacado combatiente contra el totalitarismo que se alista en cualquier gestión honesta contra el mal que ha destruido la República.
Reinol, con la colaboración de numerosas personas y entidades, recaudó los recursos necesarios para producir un testimonio vivo del presidio de mujeres más cruento y despiadado que ha vivido nuestro continente, los Vilaplana, pusieron su indiscutible talento para recoger algunos de los episodios más trágicos de nuestra historia.
Las escenas de las películas no son productos de la imaginación, como no lo fueron las de “Plantados”. Todo lo que Ud. ve en ambos filmes ocurrió, a pesar de que muchos conciudadanos no podían ver ni escuchar como consecuencia de la férrea censura del régimen, aunque es justo decir, que a la dictadura no le faltaron cómplices para cometer sus crímenes.
Las torturas que sufrió Gloria Agudín, incluido el simulacro de fusilamiento, tuvieron lugar en octubre de 1960 en el hospital de tuberculosos de Topes de Collantes, convertido en prisión, por los hermanos Castro, al igual que los castigos que sufrieron todas las prisioneras, entre otras, Ana Lázara Rodríguez, Gloria Lasalle, Isabel Tejera, Cary Roque y Alicia del Busto, una de las promotoras de este testimonio fílmico.
Las ominosas huelgas de hambre fueron difíciles decisiones de numerosas mujeres, entre ellas de María Amalia Fernández del Cueto y de Maritza Lugo, como el propio Albertini recoge en su magnífico libro,” Cuba y Castrismo, Huelgas de Hambre en el Presidio Político”, al igual que la caminata de Olguita Morgan, hasta el paredón de fusilamiento de La Cabaña donde fueron ejecutados miles de cubanos, entre ellos su esposo el comandante William Morgan.