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No hagas cosas buenas, que parezcan malas; por Pedro Galvis / @pgalvisve

He escuchado muchas veces el aforismo: “no hagas cosas buenas, que parezcan malas”, yo me atrevería a complementarla, diciendo que tampoco hagas cosas malas, que parezcan buenas, por cierto, una práctica recurrente de la narrativa buenísta y demagógica de muchos políticos, hoy representados en las cúpulas del G3.

Quien se podría imaginar que justo cuando el año 2022 está por terminar, algunos dirigentes de los partidos del cuestionado G3, estén tratando de lavarse la cara, para revertir el impacto negativo ante la opinión pública nacional e internacional, por la decisión de sustituir la figura del interinato, por una especie de gobierno parlamentario, que no está consagrado en la Constitución nacional, ni en la cultura política Venezolana.

Si bien el presidente interino no cumplió con el mantra que se planteó: “cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”, también es oportuno recordar que quienes hoy plantean su eventual defenestración, desde el principio han formado parte y ocupan relevantes cargos y posiciones dentro del gobierno interino. ¿El presidente interino falló?, ¿Si?, pero esto no exime de responsabilidad al resto del gobierno interino quienes también fallaron, y hoy buscan asumir colectivamente su cargo.

Quienes representan al 75% del Gobierno Interino, por tanto corresponsables de su gestión, a partir del momento en que sean ungidos, garantizarán “La transparencia en el manejo de los activos, así como la salida de los partidos políticos de esos manejos de activos”. Aquí debemos aclarar que en este sentido los antecedentes durante su gestión generan muchas dudas en este sentido. Precisamente por el oscurantismo,  falta de transparencia y rendición de cuentas en los casos de Monómeros y de los ilegales Bonos 2020, que fueron legalizados por unos días, para ilegalizarlos nuevamente, despertando toda clase de suspicacias. Aquí bien cabe otro proverbio: “La mujer del César, no solo debe ser honesta, sino también parecerlo”. 

Las mismas personas, aspiran sustituir al “presidente interino” por una “Comisión nombrada por la Asamblea Nacional del 2015”, una entelequia que no existe en la Constitución Nacional, que podría incidir negativamente en el nivel de respaldo de nuestros aliados internacionales, quienes por cierto, ya muestran signos de cansancio, aún cuando el Departamento del Tesoro de Estados Unidos reconoce a Guaidó como presidente encargado de Venezuela y como autoridad legítima para controlar los fondos del país o el dinero del Banco Central de Venezuela que está retenido en el Banco de la Reserva Federal ubicado en Nueva York.

Los buenístas, justifican la decisión de eliminar la presidencia interina, “para consolidar la unidad, para transitar un camino que nos conduzca a la libertad de Venezuela”, ¿Cómo?, ¿de qué unidad hablan, cuando sus prácticas denotan todo lo contrario?. Las cúpulas del Status Quo opositor, no están unidas entre ellas, aún así pretenden forzar una unidad externa, para hacer lo que siempre han hecho.  Esto corrobora lo que he venido sosteniendo reiteradamente, la unidad sólo es posible cuando se comparten objetivos comunes, y solo es útil para el país cuando sus propósitos son nobles. Ellos defienden una supuesta unidad que nunca ha existido, siguen vendiendo esta tesis con el objeto de reconstruir su menguado poder de convocatoria, sin antes reconquistar la confianza defraudada tantas veces. 

Aquí lo que debemos plantearnos es constituir una gigantesca fuerza ciudadana que repudia al socialismo, a Maduro, y está harta de una dirigencia desgastada, que dice representar los intereses y anhelos de toda la oposición, no niego que si representan a muchas buenas personas, incluidos a dirigentes locales, municipales y regionales, pero tal como quedo evidenciado el pasado 21 de noviembre del 2022, son una minoría absoluta, que junto a Maduro y el otro grupo que simula ser de oposición que conforman la llamada “alianza democrática”, solo lograron aglutinar a 28% de los electores entre los tres grupos en disputa; 72% del país no los acompañó, por desconfianza o por rabia, y aún cuando aleguen sus buenas intenciones para tomar esta decisión (por ahora todavía inconclusa), este malestar seguramente se incrementará, porque los ciudadanos dejaron de creerles, ya sabemos que “El camino del infierno está empedrado de buenas intenciones”. 

De nuestra parte, con María Corina al frente seguiremos edificando un gran movimiento de ciudadanos, para poner orden y así poder superar los retos que nos depara el futuro, con el foco puesto en lograr la libertad, para derrotar a Maduro y sus aliados. Vamos con todo por la libertad.