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Colombia; por Luis Valencia Márquez / @luisevalenciam

No descubrimos el agua tibia, cuando afirmamos que Colombia está sometida hoy a una operación política que procura el ascenso definitivo de la izquierda insurreccional al poder en esa nación. Los afanes destructivos y desestabilizadores de la concienzuda planificación del Foro de Sao Paulo, que tiene asiento predilecto en la Venezuela actual, ya muestra las fisuras por donde -seguramente- aspiran Cuba y sus satélites, instaurar en suelo neogranadino, su "mar de la felicidad" socialcomunista.

Que ayer Chávez dijera, que Venezuela limitaba con las FARC en su territorio; y que hoy, Padrino López utilice los restos de las fuerzas armadas venezolanas, para garantizarle a Iván Márquez, a Santrich y a su gente, el aliviadero y santuario para sus acciones narcoguerrilleras, son elementos de un mismo propósito: ayudar a sus aliados a tomar el poder en Colombia, cuando las condiciones lo permitan en cualquier tiempo y por cualquier vía. Y miren, que están bien cerca.

Como verán, estos grupos irregulares armados, y un eventual ascenso de las organizaciones del Foro de Sao Paulo, al poder institucional de Colombia, constituye una muy mala noticia para las aspiraciones de libertad de Venezuela. Un gobierno de esa catadura, sería -conjuntamente con las restantes bandas criminales internacionales que conviven en nuestro país- la garantía de apoyo político y armado, a la perpetuación en el poder del socialismo del siglo XXI en Venezuela.

En tal sentido, despachar con liviandad este tema; no tomar debida nota de las probables repercuciones que tendrían estos eventos; no planificar y ejecutar acciones políticas y de otra índole que permitan contribuir a nuestras aspiraciones de libertad en Venezuela; y concentrarse tan solo en las "burusas" que puedan robarse en Monómeros, dan cuenta de la entereza de cierto liderazgo que hace de "oposición" en nuestro país, y que se proyecta más allá de nuestras fronteras.

No se trata de proponer que nos involucremos en la política interna colombiana; y hacer allá, lo que repudiamos que ocurra en nuestro país. Tampoco estamos reclamando que se renuncie a simpatías ideológicas, ni a compromisos partidistas, ni a respetables visiones particulares. No estamos pidiéndo peras al "horno".

Sólo llamamos la atención sobre la necesidad de encarar con objetividad, inteligencia y responsabilidad, todo lo que pueda incidir en la prorroga o en el finiquito de la tragedia venezolana.

Esa vasta presencia nuestra en Colombia, a consecuencia de la diáspora que prohijó el chavismo, debe tener una conducción política. Ese liderazgo institucional, militar y político, que hoy vive su exilio en Colombia; más allá de las naturales diferencias que seguramente tienen, debe promover, procurar y conformar una instancia de análisis, discusión, planificación y ejecución de estrategias y acciones políticas, que ayude al propósito de la liberación de Venezuela.

Observar a muchos venezolanos desterrados de su país, a propósito del "humanismo" de Chávez; y verlos acompañar las protestas colombianas, bajo las banderas del "humanismo" de Petro, constituye un elemento que debe llamarnos a preocupación.

La hora menguada que vive la patria, nos convoca a todos: a quienes permanecemos aquí, y a quienes se fueron por las razones que sean, a hacer causa común por el rescate de la libertad y la democracia. El tema Colombia, definitivamente es importante, para ese magnánimo objetivo.

Luis Valencia Márquez

luisevalenciam@hotmail.com

Mayo, 2021