Crónicas de Anzoátegui

Seguramente son pocas las personas que conocen que un día hace más de doscientos cincuenta años nació en Puerto Píritu, estado Anzoátegui, el prócer de la Independencia que abolió la inquisición en Venezuela.

Aunque es del dominio público que la inquisición fue un tribunal creado por la Iglesia Católica para perseguir y castigar a los llamados herejes, tanto en Europa como en América, lo que es casi un secreto es que fue un líder patriota nacido en Anzoátegui quien le puso fin al llamado Santo Oficio en nuestro país.

Efectivamente, se trata de Fernando Peñalver, considerado como uno de los padres fundadores de la Patria.

Fernando de Peñalver nació en Puerto Píritu, Estado Anzoátegui, en 1765 y murió en Valencia, Estado Carabobo, el 7 de mayo de 1837.

Su entrega a la República arrancó desde los mismos inicios de la lucha por la independencia en 1810.

Peñalver fue quien propició la incorporación de Valencia al movimiento separatista de España y fue el primer gobernador de la provincia de Carabobo.

Fue Diputado al Congreso Constituyente de 1811 y uno de los firmantes del Acta de la Independencia de Venezuela.

Cuando cae la llamada Primera República en 1812, Fernando Peñalver es hecho prisionero junto con Francisco de Miranda, Juan Escalona y otros destacados patriotas.

Salió libre en 1813 y en julio de 1814 tuvo que emigrar a Oriente como la mayoría de los caraqueños, ante el ataque inminente por parte de las fuerzas de José Tomas Boves.

En 1817, tras la liberación de Angostura, regresa Fernando Peñalver al lado del Libertador Simón Bolívar, quien lo nombra Intendente de Guayana.

Allí colaboró en la fundación y redacción del Correo del Orinoco, el primer periódico republicano que tuvo Venezuela.

Salió electo diputado al Congreso de Angostura, parlamento del cual fue su Presidente.

También asistió como diputado al Congreso de Cúcuta, en representación de Cumaná, en 1821, donde también fue elegido como Presidente de esa Legislatura.

Sin embargo, uno de los aspectos menos conocidos de una vida tan fecunda y brillante como la de Fernando Peñalver fue su decisión de abolir la inquisición en Venezuela.

Como se sabe, la inquisición fue un brutal procedimiento de persecución y tortura, que fue aprovechado por los gobernantes de turno para liquidar a sus opositores.

El hereje era considerado un criminal, un rebelde, un traidor y un paria, y por ello era perseguido y castigado, tanto por la Iglesia como por el régimen imperante.

 Entre los perseguidos de la Inquisición estuvo el precursor de la independencia Francisco de Miranda, quien fue objeto de un encarnizado hostigamiento por su espíritu de libre pensador y su lucha por la libertad.

 En realidad, todavía hoy se desconoce la cantidad de personas que perdieron la vida en manos de la inquisición, ni cuantas fueron sometidas a tortura física y a castigos ejemplarizantes, que iban desde la quema en la hoguera hasta el ahorcamiento.

 Lo que si está comprobado es que fue el porteño de Píritu, Fernando Peñalver, quien abolió de un plumazo la inquisición en Venezuela, tan pronto resultó electo Presidente del Congreso Nacional en 1812.

Sus restos reposan en el Panteón Nacional, así como su sueño retroactivo para tantas ganas de libertad como todavía hay en Venezuela.