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Como el socialismo pulverizó el salario y las convenciones colectivas en Venezuela; Por Ulises R Martínez Silva / @martinezsur24

En Venezuela no existe salario real desde hace muchos años, este fue pulverizado desde el comienzo del socialismo del siglo XXI, por la iniciativa del difunto comandante líder de esta nefasta revolución, cuando elimino de un plumazo la comisión tripartita, integrada por los representes del gobierno, los empresarios y la central obrera de mayor representación de los trabajadores en Venezuela(C T V) que tradicionalmente, se reunían con el fin de fijar el salario de una manera consensuada y desprendida de algún interés que no fuera el bien común para todas las partes. En Venezuela, época de democracia participativa y protagónica, cuando se firmaban y convalidaban estos acuerdos se podía decir que existía un poder adquisitivo robusto, los trabajadores podían cubrir para ellos y sus familias la cesta alimentaria y la canasta básica, donde a finales de años podían adquirir bienes y servicios porque sus aguinaldos y utilidades le alcanzaban para sufragar sus costos.

En la actualidad bajo la conducción del quien dice llamarse presidente obrero, a quien no se le puede reconocer esas cualidades, porque no tiene legitimidad por usurpar el poder y no es obrero porque le falta mucha dignidad para alcanzar esa denominación, no existe salario, pues lo que se percibe por el valor del trabajo ha llevado a la clase trabajadora a subsistir en la mayor pobreza extrema jamás vivida en el país, y a realizar sus labores en condiciones casi de servidumbre y esclavitud ¿ quién puede sobrevivir con 1.800.000 bolívares mensuales? equivalente a 0.60 centavos de dólar, el salario más bajo del mundo por debajo de Haití cuyo salario mínimo es 90 dólares al mes, cuando un kilo de queso sobre pasa los 8 millones de bolívares, la triste realidad es que el trabajador venezolano, se encomienda todos los días a Dios Todopoderoso, para poder vivir de la solidaridad de algún vecino, o un conocido o de un familiar que tuvo que salir huyendo del hambre que hoy día hace estragos en nuestro país, y así poder mandarle algún recurso económico muy mínimo, para poder sobrevivir a esta hambruna atroz que azota al país entero, porque si hay una realidad, es que este régimen con sus políticas económicas ha convertido a los trabajadores y al pueblo en general en mendigos e indigentes, en un país rico que llego ser, en manos de la democracia, unos de los países en el mundo con mayor producción de petróleo y sus derivados, entre otros recursos naturales con que cuenta esta tierra llena gracia y bendecida por Dios.

El nefasto régimen de nicolás maduro, utilizando unos de sus brazos ejecutores como la oficina nacional de presupuesto (ONAPRE), elimino de oficio, sin tener la cualidad para ejercer semejante adefesio jurídico, violando los acuerdos suscritos y ratificados por Venezuela en la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.) las reivindicaciones logradas a través de las luchas sindicales como son los beneficios de los distintos contratos colectivos en el sector público, que han costado sangre, sudor y lágrimas al Movimiento Sindical Venezolano, que por cierto que en estos días pasados, le dio un duro golpe al régimen, a través de la comisión de encuesta de la Organización Internacional del Trabajo (O.I.T.) para que cumpla con el artículo 33 de este organismo internacional, cuyo mandato, como siempre no será acatado por el dictador ,pues ya se pronunció y expreso que no acatara la decisión de este órgano multilateral. Hasta donde la Organización Internacional del Trabajo va tolerar el desacato del régimen, ya que no es la primera vez que desacata las recomendaciones de ese organismo internacional. Pero sabemos que estas sanciones no conllevan a un carácter vinculante, sino que conllevan una sanción de carácter de peso moral, y es obvio que este régimen, por ser el ejemplo de la inmoralidad y el cinismo ni se inmuta ante tal hecho, así como no lo ha hecho en otras oportunidades. Ahora bien, los trabajadores sabemos la situación que estamos viviendo con el hambre que estamos pasando la gran mayoría de los venezolanos, la pandemia del virus chino, que nos ha quitado familiares, y amigos y muchos compañeros de trabajo que ya no se encuentran con nosotros y le regamos a dios que los reciba en su reino, a los que ni siquiera hemos podidos despedir al fallecer por causa de esta peste china.

Calamidades es lo que estamos padeciendo los trabajadores con este modelo comunista llamado socialismo del siglo 21, porque si no nos mata el hambre, nos mata el virus y se te descuidas te mata el hampa, es decir estamos entrampados en un estado total de indefensión, en una Venezuela con la mayor hiperinflación de toda su historia. Tenemos una Constitución Nacional que nos protege desde el punto de vista del derecho al trabajo a contar con un salario digno, y que obliga al Estado a proteger a los trabajadores y al trabajo como un hecho social, así está contemplados, pero esta disposición ha sido convertida en letras muertas por este desgobierno.

Hoy podemos afirmar, que este modelo social comunista nos oprime e intenta cada día acabar con toda la fuerza laboral que aún se mantiene de pie, por lo que este mismo Movimiento Sindical Organizado y aguerrido, que ha resistido los embastes de estos últimos años, tiene que dar un paso adelante para poder articular fuerzas con todos los gremios, sociedad civil, ongs, y las fuerzas vivas que hacen vida en el país, para ponerle fin a la intención del usurpador de convertirnos en esclavos.

No existe posibilidad alguna de lograr, salarios dignos y justos, firmas de convenciones colectivas, trabajo decente y mucho menos liberta sindical con el actual modelo perpetuado en Venezuela. Hay que hacer un llamado al cambio de actitud a los partidos políticos, que no pueden estar sujetos solamente al llamado electoral de este régimen opresor, es necesario que se articulen con los trabajadores y sus organizaciones para poder unir las fuerzas suficientes y hacer la mayor presión social para agitar el sistema que nos permita cambiar el actual modelo en Venezuela, por todas estas razones, estamos obligados a salir a las calles de Anzoátegui y de Venezuela este 1ro de Mayo, y alzar nuestras voces, para exigir la dolarización del salario, el derecho a la salud y la vida, al empleo decente, la libertad sindical y las firmas de los contratos colectivos de trabajo y a exigir el respeto a todas las libertades del hombre, como expresión a la garantía de los derechos humanos. No podemos dejar que este régimen nos doblegue, tenemos el deber y la responsabilidad alzar nuestras voces, así como lo hicieron nuestros antepasados para lograr definitivamente la libertad.

Abogado, dirigente sindical y político,

Tesorero de Fetranzoategui.

Ulises R Martínez Silva