Alfredo Armas Alfonzo: Por Omar Gonzalez Moreno / @omargonzalez6
Crónicas de Anzoátegui
Es de dominio general, entre los especialistas en Letras, que uno de los precursores del movimiento literario conocido como “Realismo Mágico” fue un anzoatiguense.
Se trata de Alfredo Armas Alfonzo, quien figura entre los pioneros de ese boom literario que hizo famosos a escritores como Gabriel García Márquez, Juan Rulfo, Alejo Carpentier, Miguel Ángel Asturias, entre otros.
Este destacado escritor, crítico, cuentista, poeta, ensayista y periodista venezolano nació en Clarines, Municipio Bruzual del estado Anzoátegui, el 6 de agosto de 1921.
Si, nació arrullado por las corrientes del río Unare y perfumado por los olores a yerba buena de esa zona, fruto de la unión de Rafael Armas Chacín y Mercedes Alfonzo Rojas.
Precisamente del seno de esa tradicional familia anzoatiguense, Alfredo Armas Alfonzo escuchó muchos de los pasajes sobre la época de la colonia, la lucha por la independencia, las guerras civiles y las costumbres de la Venezuela adentro, que fueron la materia prima de su obra literaria.
Sus estudios iniciales los hizo en Puerto Píritu a donde se trasladó con sus padres, mucho antes de irse a estudiar periodismo en la Universidad Central de Venezuela en Caracas.
En Puerto Piritu, inspirado en el mar, con el sol enredado entre sus alborotados cabellos, como el humo de los barcos frente a las Isletas, escribió su primer cuento que salió publicado en el periódico La Religión de Caracas, el 23 de febrero de 1937, cuando el autor tenía apenas 16 años.
Luego, la perspectiva de malecón cambió, pues se mudó a la ciudad de Barcelona, en el estado Anzoátegui, para trabajar en el Correo, lo que aprovechó para fundar la revista “Jagüey” en 1943.
En 1944 llegó a Caracas y comenzó a colaborar en los periódicos El Heraldo, El Nacional, El País y en la revista Élite.
Después estudió en la Escuela de Periodismo de la Universidad Central de Venezuela.
Luego pasó a dirigir un programa de bibliotecas de la Dirección de Cultura del Ministerio del Trabajo.
En 1946, Alfredo Armas Alfonzo, fundó la revista “Figuras”, donde publicó varios de sus poemas y mini cuentos inspirados en la vida rural, la ganadería y la agricultura de la provincia rural venezolana.
Para esa misma época ingresó a trabajar en la “Creole Petroleum Corporation” como encargado de publicaciones y director de las revistas “Nosotros” y “El Farol”, función que desempeñó hasta 1962.
“Los cielos de la muerte” fue su primer libro de cuentos, editado en 1949, con el mismo nombre de un relato que envió al reconocido concurso de cuentos del diario El Nacional, con el que obtuvo el segundo premio.
El año siguiente, 1950, Alfredo Armas Alfonzo, de nuevo participó en ese concurso con la obra "La cresta del cangrejo" y esa vez obtuvo el tercer premio.
No se rindió. En 1954 de nuevo participó en ese concurso de El Nacional con "El único ojo de la noche". Entonces fue el mejor, de acuerdo con el jurado. Ganó el primer premio, reafirmando así su condición de excepcional escritor.
El 8 de diciembre de 1951, Alfredo Armas Alfonzo, se casó con Aída Beatriz Ponce Hernández con quien tuvo 7 hijos.
Reseñan sus biógrafos que luego, en 1956, viajó a Europa, concretamente a Italia, para dedicarse al estudio de las artes gráficas.
Dicen que allí profundizó en la lectura de los realistas líricos italianos: Moravia, Pavesa, Calvino y editó su cuarto libro: “Los lamederos del diablo”.
Desde 1962 hasta 1968 desempeñó el cargo de Director de Cultura de la Casa Más Alta de Estudios, la Universidad de Oriente, donde realizó una extraordinaria labor, con la organización de la editorial universitaria, la creación de talleres de periodismo, danza, teatro, coral, música, la fundación del periódico mensual Oriente Universitario y de la revista Oriente.
En noviembre de 1969 apareció la primera edición de “El osario de Dios”, libro que perpetúa su nombre, y con el cual obtiene el Premio Nacional de Literatura.
En 1970 asumió la vicepresidencia del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes.
Entre febrero de 1977 y agosto de 1979 se desempeñó como director de la página de arte de El Nacional.
De la misma manera, en 1980, entró a dirigir la editorial Equinoccio de la Universidad Simón Bolívar.
Cabe destacar que Alfredo Armas Alfonzo recibió, el 11 de julio de 1986, el doctorado Honoris Causa en Humanidades de la Universidad de Oriente.
El 9 de noviembre de 1990 murió en Caracas, a la edad de 69 años. Lo sobreviven 25 libros publicados, algunos editadas en el exterior y traducidos a varios idiomas, y su tesoro más preciado: sus hijos.
Tras su muerte, precisamente sus hijos crearon la Fundación Armas Alfonzo y se encargan de publicar y difundir su obra.
Ahora, el gran escritor Alfredo Armas Alfonzo, descansa. Adiós.